¿De qué murió Don Joaquín?
Como Don Joaquín era anticlerical no quería pasar por una iglesia en su último viaje y por eso tampoco hubo misas (lo que incluso indispuso a unas sobrinas suyas que no quisieron asistir a su funeral por ser muy católicas). El postrero tributo se le rindió en la Asamblea Legislativa, que apenas una semana antes lo había declarado Benemérito de la Patria. El ataúd fue trasladado hasta allá en un carruaje fúnebre tirado por cuatro corceles arropados de negro. El cortejo salió de la propia casa de Don Joaquín, bajó por la avenida segunda, dobló hacia el norte a la altura del Balmoral y luego hacia el este por la avenida central rumbo a la Asamblea. Precediendo el carruaje iba mi padre, quien desfiló cargando un cojín de terciopelo rojo en el que iban colocadas todas las condecoraciones de don Joaquín.
Ya propiamente en la Asamblea Legislativa, el embajador del Perú, el señor Luis Barrios Llona, colocó sobre el féretro de Don Joaquín El Sol del Perú, que junto al título de Benemérito fueron sus dos últimas distinciones. Por cierto, en un escrito inédito cuenta mi padre que la última pregunta de don Joaquín fue: "¿Y qué hace un Benemérito?", pregunta que para él quedó sin respuesta. Hoy la interrogante más bien sería: ¿Y qué hacemos nosotros con un Benemérito? ¿Cómo le rendimos justo tributo cincuenta años después? ¿Cómo pagamos la deuda enorme que tenemos con quien tantísimo dio a este país y a la cultura iberoamericana? Por lo visto ya muchos ni reconocen tal deuda. Hoy La Nación nos recordaba que el 31 de octubre es para celebrar Halloween "a la tica" (¡Qué desgracia haber luchado toda una vida por nuestra cultura y morir en una fecha que los enajenados han adoptado como día de celebración! ¡Qué ironía!). Ni siquiera la sección del Día Histórico hizo alguna alusión a la muerte de Don Joaquín.
Actualmente sus restos reposan en el Cementerio General de San José. Sobre su tumba vemos un pequeño libro esculpido en mármol con un epitafio: In angelo cum libello... "En un rinconcito con un libro", que era como a él le gustaba estar. Cuánta cosa no habría leído en cincuenta años. No estaría mal ir a dejarle al menos unas flores.
Actualización al 11 de novimbre: Justo es señalar que en El Día Histórico del primero de noviembre pasado sí apareció una breve nota sobre el sepelio de don Joaquín 50 años atrás.