17.9.09

Frente a la persistencia del pesimismo

En el "Repertorio Americano" del 1 de noviembre de 1920, me encontré un texto breve y sin firma titulado ¡Mala seña! Sin embargo, alguien había puesto al lado, con lápiz, las iniciales "g.m." Claro: "García Monge". Tal vez fue el mismo don Joaquín quien lo hizo o quizás mi padre, no sé. Habría que hacer un estudio grafológico, aunque tiendo a pensar que se trata de la letra de mi abuelo. Ya leyendo el artículo, uno percibe un estilo muy similar al suyo, con lo cuál prácticamente no queda duda de que se trata de un texto de su autoría.

Como su temática es de indiscutible actualidad y porque no recuerdo haberlo visto en ninguna recopilación o antología, transcribiré acá ese parrafito:

¡Mala Seña!

Por todos lados se siente el pesimismo de los ciudadanos. ¡Mala seña! Pesimismo, en el fondo, es ineptitud. Se duelen y desconfían de sí los que no pueden. Cuando hay capacidades y competencia, hay fe y optimismo. Por eso alarma ver que el pesimismo se está comiendo el país. Y hay que sacárselo como parásito nocivo y ponerse en cura. Hay que sumar agencias e instituciones que formen ciudadanos hábiles y capaces, hay que fomentar los deportes. Y entonces florecerá el entusiasmo y la confianza del país en sus fuerzas y recursos, en sus hombres y capacidades. Padecemos de crisis de hombres hábiles en las diversas disciplinas y actividades de la República. En donde los hay, existen la confianza y la fe y la alegría. Y sentido del tiempo, con el que se cuenta para realizar grandes cosas. Porque nuestras premuras e irritabilidadades son inhabilidad también, impaciencia, el hacer las cosas de cualquier modo.