Hoy hace 69 años
Hace poco cité a don Joaquín y ahora quisiera contextualizar esa cita con el resto del texto de donde fue extraída. Se trata de una entrevista realizada por un señor Zavaleta con motivo del 20 aniversario de "Repertorio Americano". La entrevista fue publicada en el diario "La Tribuna" el 22 de octubre de 1938, es decir, hoy hace exactamente 69 años.
Agradezco a don Fernando Herrera el haberme facilitado este texto que desde entonces había permanecido prácticamente en el olvido. Las citas de pie de página son de él.
La única redención posible que tenemos los costarricenses es la escuela para la democracia
Así la creo don Mauro, pero ahora esto se olvida, como se olvidan los puentes que unen a los que gobiernan con el pueblo (1) .
La última vez que saludamos a García Monge llevábamos el deseo de mostrarle un libro raro que un amigo nos había proporcionado. Ayer tarde en que volvimos a su oficina, no llevábamos el libro bajo el brazo, sino la mente dispuesta a recibir la enseñanza sabrosa con que el viejo profesor nos regala a sus amigos. Pero teníamos un motivo especial para llegarnos hasta él en la tarde de ayer: Repertorio Americano hoy entra a los veinte años de existencia. De aquí que nosotros quisiéramos ir en busca de quien por tiempo tan dilatado ha venido realizando esa labor benedictina que hoy está recogida en 865 entregas y en treinta y cinco volúmenes. Aquí donde la nota frívola, la pulsación intrascendente tienen alta cotización, las cosas del espíritu se ignoran. Llegamos quejándonos de la indiferencia con que se ha visto el cincuentenario de la muerte de Sarmiento, espíritu abierto a todas las ideas; hombre en el sentido más alto de la palabra, y que en el momento actual su enseñanza estimamos, no obstante los lustros que la separan de la época, resulta una actitud incomparable. Glosando don Joaquín con nosotros estas cosas, fue como hubimos de pensar en traer luego a las páginas de La Tribuna algunas de estas ideas expuestas al tiempo que seguía el maestro en su paciente labor de rotular "Repertorios" como abejuelas, han de ir luego por todo el país y por todo el mundo hispánico, dispersando el polen de las ideas y llevando la miel rica del arte.
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-Entra nuestra revista mañana a los veinte años. Un 21 de octubre como el de hoy, quedaba lista la primera entrega que habría de circular el día siguiente(2). Desde entonces hemos venido haciendo esfuerzos por mantener ese esfuerzo inicial. Y aquí estamos, no muy boyantes, más bien bastante quebrantados, pues que resulta harto difícil ir en medio de este indiferismo que roe las entrañas mantener un propósito. Sin embargo, tendremos que mantenernos en pie otro tiempo más. Luchar y estar alerta, aprendimos de jóvenes. Ahora que vamos doblando la cumbre de la vida, seguimos teniendo presente ese principio. Tenemos la obligación de seguir luchando y de estar atentos. Cuando se lucha, no hay que contar los años. Bastará con conservar el optimismo del principio para sentir la recompensa y la satisfacción que produce mantener el ideal y estar dispuesto a luchar por él. Esta labor no trae más que eso: la satisfacción íntima o el estímulo de afuera. De casa nada. La juventud es por esto que trata de buscar otros ambientes. Aquí nos carcome el egoísmo. Las pequeñeces de la vida reciben en los hombres de pro más cultos que las del espíritu. Y aún entre los intelectuales se nota cierta frialdad. Son pocos los que se inician y mucho menor el número de los que perseveran. Y es que el medio los anula. Se los traga. Los aplana cuando menos. Es éste un defecto grande de que padecemos. La indiferencia hiela. Y no todos los espíritus resisten la acción de esa nevera. Piensa nuestra juventud en éste, pero no lega (así en el texto) él de donde creen que debe partir.
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-No creo yo que debamos romper nexos con el pasado totalmente. Atar cabos. He aquí una advertencia que se me ocurre. Nuestra América no está carente de hombres. Los tiene, pero a veces creo -por lo que puedo ver desde éste mi observatorio- que suelen desorientarse. Y es que olvidan las nuevas generaciones las lecciones de los viejos. Allí está ese viejo venerable de que usted me hablaba: esa enorme figura que es Sarmiento, cuya lección sapiente podría servirnos de puentes entre el ayer y el hoy. Ahí están Martí y Juárez. Y más allá: Bolivar. Lanzar una mirada a ellos no es retroceder. Antes bien. Esto es provechoso en estos momentos. Sarmiento confiesa que él aprendió mucho de lo que expuso nutriéndose en la vida ejemplar de un prócer de la independencia argentina: en Láprida(3) Y ¿Qué no podríamos nosotros recoger de la lección de Sarmiento ahora? Educador, escritor, estadista... y tantas otras facetas de su hermoso espíritu son lección perenne. En cada una de ellas se puede examinar y extraer un contenido vital de enseñanza. Sarmiento como defensor de la democracia es a manera de un campeón. Y es en estos precisos momentos cuando debemos esforzarnos por imitar su ejemplo, ahora que por todos lados los fascios y dictaduras asechan; cuando los imperialismos agotan y destruyen naciones.
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-El caso de Palestina lo considero como otra forma de imperialismo. Ahí está pasando lo que aconteció en Abisinia (4); lo que ocurre en España; lo que aconteció en Checoslovaquia y lo que nos sucederá a nosotros si los hispanoamericanos no nos proponemos defendernos de las asechanzas hoy disimuladas de la penetración imperialista. Les hablaba de la juventud adormecida, aperezada. De todas las del Continente, la que está más alerta, la que con mayor visión ha creído que ha intuido el peligro es la mexicana. En la próxima entre de Repertorio publicaré el manifiesto de la juventud azteca a las juventudes de América ante el llamado Pacto de Munich. Esa de los jóvenes mejicanos es una clarinada que no debe perderse en el vacío. Como Ud, amigo Zavaleta, lo ha dicho no hace un minuto, el problema imperialista de estos pueblos será no sólo mayor sino más complejo, aunque ahora se nos venga encubierto en el guante de seda del tratado comercial y ese singular y "simbólico" de nación más privilegiada. ¿Comprende?
-...?
-La educación, la cultura irá liberándonos, pero siempre que la Escuela sea para la democracia como lo pensó don Mauro(5). Y por cierto, ahora que se habla de cincuentenarios del Liceo y del Colegio, obras de don Mauro, éste se inspiró en Sarmiento, ese otro apóstol de la democracia, que bien quisiera que alguna de las escuelas que llevan el nombre de la República Argentina, o el Ministerio de Educación, le recordaran este año a semejanza de cómo se ha horado su memoria en otras naciones. Cuando el Lic. don Pedro Pérez Zeledón(6) puso pie en Nueva York, de regreso de Francia, Suiza, etc., países también de estructura democrática, llevaba bajo el brazo un libro de Sarmiento sobre la Escuela de Estados Unidos, donde otro demócrata Horacio Mann, había perfeccionado la institución educacional norteamericana sobre bases esencialemente demócratas. Todo esto se olvida. Se olvidan los principios sapientes que nutrieron el espíritu del padre de nuestra enseñanza que quiso hacer del maestro un guiador, o como dijo Martí de José de la Luz Caballero, "un padre de hombres" que con la educación debe poner "alas al alma" para decirlo con otra frase del insigne cubano, y no ente sin opinión, a quien se cobra su manera de pensar distinta a la que informa al que gobierna. Pero, ya le decía, estos de ahora que se llaman jóvenes estadistas, olvidan los puentes por los que podrían ir al ayer y sacar de éste, que en parte vive aún impregnado en el alma popular, los principios que les son necesarios para consolidar su obra del gobierno.
1-La Tribuna, 22 de octubre de 1938.
2-El primer número de Repertorio salió el 1 de setiembre de 1919.
3-Francisco Narciso de Láprida (1780-1829). Político argentino. Presidente del Congreso de Tucumán que declaró la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata (1816).
4-Nombre de la antigua Etiopía.
5-Mauro Fernández (1843-1905). Abogado, político y orador. Reformador de la educación costarricense a finales del siglo XIX.
6-Abogado (1854-1930). Desempeñó varios cargos públicos. Ministro en Washington, agente financiero en Londres, Ministro de Gobierno e Inspector Judicial. Estudioso del período colonial; se especializó en los problemas limítrofes con Panamá y Nicaragua defendiendo los intereses de Costa Rica.
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