16.12.08

Don Joaquín en las memorias de don Beto Cañas

En la autobiografía de don Alberto Cañas, "80 años no es nada", el nombre de don Joaquín aparece varias veces. Pero el párrafo que más se refiere a él es el siguiente:

“Mi madre había sido alumna de García Monge y de Brenes Mesén (siempre los llamó así y no por sus nombres de pila), y decidió consultar con don Joaquín –cuando se acercó la edad en que yo debía ir a la escuela- sobre qué hacer con ese niño que ya sabía prácticamente tolo lo que le iban a enseñar en primer grado. Recuerdo con emoción esa primera visita la Biblioteca Nacional, edificio al que me aficioné, y los consejos del maestro: si el niño tenía la fortuna de poder leer, que leyera. ´Dele libros, póngalo a leer a Kipling, a Andersen, a Julio Verne, mándemelo aquí que estoy rodeado de libros. Y cuando llegue la hora de que vaya a la escuela, no intenten (sabio consejo de don Joaquín) que entre directamente a segundo grado, porque no conviene que un niño comparta la vida con los que tienen más edad que él, sino lo contrario. Conversen de previo con la maestra, para que entienda que los reglamentos obligan a que este muchacho pase un año viendo cómo sus compañeros aprenden lo que ya él sabe. La maestra comprenderá` (…) Después de más de setenta años, declaro que no comprendió.” (Pág. 7)

Muchas páginas más adelante, don Beto cuenta algo que me pone a mí a pensar que tal vez hay que ser un poco más justos con don Fernando Volio, el diputado que lideró el movimiento en contra del Benemeritazgo de don Joaquín. Dice don Beto que éste señor había trazado una línea en la Asamblea Legislativa tendiente a crear la Editorial Costa Rica y la ley de Premios Nacionales, línea que él asegura haber continuado cuando fue diputado en la legislatura que empezó en 1962 (Pág. 350). Y digo que tal vez habría que ser más justos con Fernando Volio, porque precisamente uno de los premios nacionales que instituye esa ley, lleva el nombre de García Monge y corresponde al área de periodismo cultural. Así que si Fernando Volio contempló desde el principio el nombre de don Joaquín para dicho premio, eso quiere decir que tal vez con los años cambió de opinión sobre él. Pero puede ser que también esos nombres hayan venido después. Este aspecto no lo sé y requiere más investigación.

Lo anecdótico del caso es que don Beto Cañas, varias décadas después de aquel encuentro de niño con don Joaquín, ganó en 1963 el premio que lleva su nombre, premio que, según lo expresa en su libro, le “enorgullece” (Pág. 330).

Nota: los números de página referidos corresponden a edición que tengo: la primera del 2006.

12.12.08

Doña Hilda Chen Apuy recuerda a don Joaquín

Bajo el título "Tres Maestros: tres amigos", doña Hilda Chen Apuy publicó el 30 de agosto del 2007 un artículo en el Semanario Universidad, donde narra sus recuerdos de don Joaquín. Este artículo fue luego retomado por Tribuna Democrática y recientemente fue incluido en el libro "De la vida, del amor y de la amistad", que recoge los artículos periodísticos de la autora.

Como en este blog también se pretende recopilar semblanzas de don Joaquín, me tomo la libertad de reproducir su artículo. Espero no incomodar a nadie con mi decisión.

Cabe destacar que en un número especial de la Revista Comunicación del Instituto Tecnológico dedicado a don Joaquín -y publicado recientemente- viene una entrevista con doña Hilda, quien abunda en estas memorias.

Tres Maestros: tres amigos

1941. Año crucial para muchos costarricenses y también para mí: La Universidad de Costa Rica abre sus puertas por primera vez y muchos jóvenes ilusionados entran a esa institución. Yo soy una de ellos. Estamos en época de guerra, aunque no parezca afectarnos por el momento.

San José es una ciudad pequeña y tranquila, sin peligro para quienes caminamos por sus calles poco concurridas, sin miedo de los peligros que hoy, más de sesenta años después, agobian a los costarricenses.

1941 fue el año en que conocí a tres intelectuales que generosamente se convirtieron en maestros y amigos: don Joaquín García Monge, don Roberto Brenes Mesén y don Abelardo Bonilla. No recuerdo cómo llegué por primera vez a la oficina de don Joaquín, Director del Repertorio Americano; es como si siempre hubiera estado allí y me ligara a él una vieja amistad de alumna a maestro. Sé que él me invitó a que publicara en el Repertorio mis pequeñas prosas que ya aparecían desde meses antes en la revista Ariel de don Froylán Turcios. Yo acababa de cumplir mis dieciocho años y don Joaquín me recibía siempre con su sonrisa y sus modales sencillos y afables. Me hablaba de las famosas poetisas latinoamericanas del momento: Gabriela Mistral, Juana de Ibarbourou, Alfonsina Storni y su amiga salvadoreña Claudia Lars, a quien tuve la dicha de conocer en San Salvador muchos años más tarde. Don Joaquín también me hablaba de Indoamérica y de otros temas propios de un verdadero latinoamericanista. En algún momento don Joaquín me dijo: “Hay que mirar más allá del Pacífico. Algún día China va a despertar”. Pensé que don Joaquín tal vez se refería al hecho de que China estaba en guerra, defendiéndose de la invasión japonesa que había comenzado años atrás. También me regaló un librito de su colección El Convivio, El jardinero de amor, de Rabindranath Tagore; en otra oportunidad, me obsequió una traducción al español del poema original en lengua sánscrita titulado Savitri, que es parte de la obra épica Mahabharata de la India.

Mi relación con don Joaquín duró por varios años, aunque interrumpida durante el tiempo que permanecí como estudiante universitaria en los Estados Unidos, años que correspondieron a la peor etapa de la Segunda Guerra Mundial. Recuerdo con cariño y gratitud a ese viejo maestro que fue amigo y mentor de tantos jóvenes costarricenses.

9.12.08

El comité pro-General Sandino (segunda parte)

Hace unos días, había dicho que al dorso del pliego de paz firmado por Sandino estaba pegada una boleta sin llenar del comité pro-Sandino. Es ésta:


La boleta servía para gestionar donaciones. En el caso que vemos, no fue llenada y por ello se podría pensar que don Joaquín la guardó como una especie de souvenir, o tal vez simplemente quedó olvidada entre sus papeles. Por otra parte, si bien la boleta fue pegada al documento de 1932, originalmente fue pensada para ser usada en 1928, tal como se colige de su propio texto. Sin embargo, en algún momento alguien la separó del pliego, rompiéndolo, pero luego fue pegada de nuevo y gracias a esa oportuna acción hoy podemos apreciarlo en su integridad (no sé si esta restauración mecánica la hizo mi padre, el propio don Joaquín, u otra persona).

En cuanto al tiempo que estuvo activo el comité pro-Sandino, tenemos una pista gracias a un segundo reporte publicado en el Repertorio:


Tal vez la suspensión de actividades a que alude el texto fue definitiva, porque no se volvió a presentar ningún nuevo reporte en el Repertorio, pero esto último no necesariamente implica lo primero. Tampoco conocemos las razones por las que se suspendieron sus actividades. Lo cierto es que el comité logró recaudar una suma de dinero (apreciable para la época) que le fue enviada a Sandino para su lucha. Es interesante destacar que se le reconoció a la señora Lupe Santos de Puntarenas, haber sido la persona que más dinero colectó. Además, para la época de este segundo reporte, “Billo” Zeledón ya no era el presidente del comité, sino Luis Cruz Meza. Por su parte, don Joaquín continuaba a cargo de la tesorería.

Unas semanas más tarde apareció en el Repertorio una carta de agradecimiento por el dinero enviado, firmada por Sandino y dirigida a don Joaquín*. Hasta donde sabemos es la única carta que el héroe de las Segovias le dirigió personalmente.


Lamentablemente el original de esta carta no se conservó entre los papeles del editor, como sí se conservaron el pliego de paz, la boleta y la foto que encabeza la entrada sobre dicho pliego. Por cierto, esa foto no lleva dedicatoria de ningún tipo, ni está fechada. Tampoco fue reproducida en el Repertorio esos años, porque don Joaquín optó más bien por representar a Sandino mediante dibujos. Pero eso será tema de otra entrada.

A mi entender, el comité pro-Sandino, cuyas actuaciones fueron transparentes y dignas, por un lado retomó a su modo el estandarte de Juanito Mora y por otro, fue como la semilla de lo que décadas más tarde constituyó el importante apoyo que brindó nuestro país al movimiento sandinista que sacó a los Somoza del poder. Qué lástima y qué tragedia que en el curso posterior de la historia, cierto sandinismo haya perdido el rumbo. Aún así, la gesta de Sandino me parece digna de ser rememorada una y otra vez, como ejemplo para futuras generaciones. Al respecto recomiendo la lectura del libro “Sandino”, que es una antología de textos del combatiente (cartas, manifiestos, proclamas y entrevistas) reunida por Sergio Ramírez. Este libro contiene además un capítulo introductorio escrito por el recopilador, que contextualiza muy bien el papel de Sandino dentro de la compleja historia nicaragüense.

Dentro de los textos que se presentan en este libro se encuentra el pliego de bases para la paz que presentamos en este blog, pero en una versión posterior fechada el 3 enero de 1933. El texto es prácticamente el mismo, pero no incluye ni la propuesta para que sea el propio Sandino el representante a la conferencia internacional, ni la nota que se puede leer en la versión que llegó a manos de don Joaquín. Lo cual es curioso, porque según esa nota se había obtenido parcialmente satisfacción sobre el primer punto concerniente a la retirada de los marines. Tal vez Sandino quiso ser luego más enérgico y eliminó del texto cualquier frase que pudiera interpretarse como una concesión de su parte, a pesar de que dos días antes de firmar la nueva versión del documento, salió de Nicaragua el último marine.

Sergio Ramírez, refiriéndose negociaciones de paz dice ésto:

“El día primero de enero de 1933, el último contingente de la Marina de Guerra de los Estados Unidos de América se embarcaba en el Puerto de Corinto y dejaba Nicaragua. Seis largos años de solitario heroísmo de un puñado de obreros y campesinos, sufriendo privaciones, viviendo en la inclemencia de la montaña, peleando a brazo partido por su nacionalidad, habían logrado aquella victoria. Y empeñando la palabra sometida, de concluir su lucha apenas el último invasor se fuera, Sandino estuvo de inmediato dispuesto a negociar; su carta anunciando sus puntos de paz, estuvo en manos de sus agentes desde el mes de diciembre de 1932, y fue entregada a Sacasa el mismo día que los marines salieron”.

Si ésto es correcto, entonces hay que suponer que Sandino entendía que el Comité pro-Sandino en Costa Rica formaba parte de sus “agentes”, ya que el pliego que recibió está fechado en noviembre. Según se dice en la carta de Sandino a don Joaquín, la comunicación entre el Comité y él, se dio a través del eminente hondureño Froylán Turcios (escritor, periodista y editor como don Joaquín), quien fue el representante del rebelde en el extranjero. Cabe recordar que parte de la correspondencia entre Turcios y Sandino fue publicada en el Repertorio.

En un futuro espero poder reunir una antología de textos sobre Sandino (y de él también) publicados en el Repertorio.

*Es interesante señalar que ésta carta fue reproducida por Fedro Guillén en el "Tríptico en Honor de García Monge", un homenaje que le hicieron los "Cuadernos Americanos" de Jesús Silva Herzog a don Joaquín con motivo de su muerte.

(para ir a la primera parte pulse aquí)

Jota en El Pregón

Ayer salió en El Pregón un artículo sobre don Joaquín escrito por Carlos Carranza. Creo que la foto que usaron para acompañar el artículo salió de este blog. Lamentablemente, no tomaron en cuenta mi petición para que tales usos fueran acreditados. Por eso me tomé la libertad de dejar ahí un comentario con la dirección de esta página.

Nota: Parece que el link quedó inactivo. En todo caso dejo esta entrada aquí como testimonio de mi insatisfacción por el referido uso no autorizado de una imagen de este blog.

3.12.08

El comité pro-General Sandino (primera parte)

Para complementar lo dicho en la entrada anterior, hay que recordar que en 1928 don Joaquín integró el comité pro-General Sandino. Un reporte aparecido en el Repertorio ese año nos da una clara idea de las funciones, miembros, actuaciones y donantes de dicho comité:



Como se puede leer, la función de don Joaquín dentro del comité era la de tesorero y no la de presidente, tal como erróneamente se afirma en la biografía que le dedicó don Fernando Herrera, Intruso en Casa Propia. Quien en realidad presidió el comité fue José María Zeledón, más conocido como "Billo Zeledón", el autor de la letra de nuestro himno nacional. Seguramente él tuvo muy presente aquello de “cuando alguno pretenda tu gloria manchar, verás a tu pueblo valiente y viril, la tosca herramienta en arma trocar”, pero claro, aplicado a Nicaragua.

Llama la atención la minuciosidad y la gran voluntad de transparencia en la administración de los fondos obtenidos: Las cuentas son claras tanto por la detallada contabilidad como en cuanto a la identidad de los principales donantes. De esto deberían aprender mucho nuestros partidos políticos, tan dados a los ocultamientos de toda índole. También se observa que entre las gentes que respondieron al llamado hay diversidad: intelectuales, artesanos, gente de alcurnia, provincianos anónimos, etc. Como queda claro de la lectura del punto 3 de las resoluciones, al Repertorio Americano le correspondió la tarea de hacer la publicidad del comité entre sus “distinguidos corresponsales”. Esta seguramente fue una contribución personal de su editor (¡y después algunos apresurados pretenden que don Joaquín era incapaz de tomar partido!).

La participación de don Joaquín en el financiamiento de una lucha armada a mí personalmente me reafirma en una convicción: A veces amar obliga a combatir. Es trágico, lo sé, pero es así. Por supuesto que todos los caminos deben ser ensayados antes para no llegar hasta ese extremo tan serio. Pero en el caso de Nicaragua, la intervención de una potencia imperialista no parecía dejar otra opción ni a quienes verdaderamente amaban a su patria ni a quienes defendían una Centroamérica libre. Hubo muchos hechos de sangre y mucho sufrimiento, pero al final Sandino, al firmar la paz que le fue fatal, cumplió parte de su objetivo porque mostró antes cual era el obligado camino de la dignidad. Quizá la historia de ese país hubiera sido muy distinta si no se le hubiera asesinado (y con él a más de trescientos excombatientes que habían entregado sus armas y se habían agrupado en la cooperativa de Wiwilí) y si se hubiera respetado la democracia, sin condicionamientos extranjeros.

1.12.08

Una firma trágica y romántica

Es doblemente irónico que don Joaquín recibiera la Orden Rubén Darío, tanto por lo que explicábamos en las dos entradas anteriores (ésta y ésta), como por el hecho de haber obtenido esa condecoración de parte del gobierno de uno de los Somoza, así sea el menos malo de la dinastía: Luis Somoza. Conociendo las ideas libertarias que don Joaquín defendía, solo nos explicamos esa situación por una de estas dos hipótesis: o ese gobierno quería dar la apariencia de ser un gobierno medianamente civilizado premiando a un campeón de la civilidad; o bien desconocía el ideario de don Joaquín y no sabía que él había dado espacio en el Repertorio a quienes apoyaban la lucha de Sandino.

Desde 1927, el propio año de su insurrección, se comienza a hablar de él en el Repertorio. Muchas colaboraciones surgen, todas favorables al rebelde de Las Segovias. Una sola sirve de contrapunto: Una carta ambigua y leguleya del Dr. Sacasa, bajo cuya presidencia se asesina a Sandino el 21 de febrero de 1934, siendo Anastasio Somoza García jefe de la Guardia Nacional creada por los marines.

Con la muerte del patriota, muchos autores latinoamericanos escriben en el Repertorio recordándolo: Desde Enrique Sorel, Luis Eduardo Nieto Caballero y Jorge Padilla, hasta Juan del Camino (seudónimo de nuestro gran ensayista Octavio Jiménez) y José Vasconcelos. La pluma de este último sirvió de bastión para el homenaje que don Joaquín le hizo a Sandino en el primer año de su muerte, al dedicarle la portada del número 7 del tomo XXX. En realidad ese artículo, que don Joaquín calificó de “memorable lección” ya había sido publicado tiempo antes en el número 20 del tomo XXVIII. (Otro día reproduciré esas páginas aquí porque merecen repasarse).

La simpatía de don Joaquín hacía el combatiente nicaragüense también se ilustra con el siguiente documento (hacer click en él para verlo en detalle):

Como se aprecia, es un pliego mecanografiado y firmado por el propio Sandino el 12 de noviembre de 1932 en su cuartel general de Las Segovias. Al lado de su firma aparece un sello impresionante con la divisa: Patria y Libertad. Si bien el documento no especifica un destinatario particular, el hecho de que estuviera entre los papeles de don Joaquín sugiere que le fue hecho llegar de algún modo y seguramente él consideró que por ser un documento histórico valía la pena conservarlo. En efecto, se trata nada menos que de una propuesta en tres puntos para traer la paz a Nicaragua (vista la larga historia de guerras en el hermano país, es claro que el plan quedó trunco con el asesinato de Sandino). A pesar de su importancia, este documento, hasta donde hemos podido verificar, no fue publicado en el Repertorio. Eso no significa que no fuera promovido de otros modos por don Joaquín, hipótesis que gana fuerza si se tiene en cuenta que, pegado al dorso del pliego, hay una boleta del comité pro-Sandino, aunque sin llenar (en la próxima entrada hablaremos de éste punto).

Sobre el estado de ánimo de Sandino al momento de fijar las bases para el plan de paz tenemos un atisbo gracias a Juan del Camino, quien en su artículo “Se trata de los Oliverottos en Nicaragua” (Rep. Am. Tomo XXVIII, 1934, Nº13), cita y comenta pasajes de “Sandino en Nicaragua”, un libro de Ramón de Belausteguigoitia:

“Estábamos en el campamento –añade el General Portocarrero- discutiendo las bases posibles para la paz, cuando al día siguiente el general Sandino viene hacia mí y me dice: ‘Hoy me he levantado trágico y romántico. Voy a Managua a hacer la paz, y si no la hago, mi vida ha terminado”. Ha llegado para el rebelde después de ‘una noche de insomnio agitada’ su quebrantamiento total. La paz lo obsesiona y se entrega como un desgraciado a la obsesión. Ni las reflexiones ni las súplicas de sus compañeros lo convencen. A todos los hace a un lado y el que no lo sigue está contra él. La paz debe firmarse y la capitulación es la consecuencia”.
La evidente simpatía de don Joaquín por Sandino y todo lo que él representaba nos hace preguntarnos: ¿Por qué habrá aceptado don Joaquín la Orden Rubén Darío de manos del gobierno de un Somoza? ¿Porque su combatividad había menguado? (la recibió en su último año de vida) ¿Porque algún personaje respetado por él la promovió? ¿Porque sencillamente creyó que era sincera y merecida por ser él efectivamente un gran "cultor de la poética dariana"? ¿Porque pensó que podía representar de algún modo una oportunidad de conciliación? No hay que olvidar que en la época en que recibió la Orden, las relaciones entre Costa Rica y Nicaragua estaban tensas a raíz de los hechos del 55. Tal vez don Joaquín pensó que era conveniente aceptar aquella condecoración para no agravar más los problemas (la misma lógica que aplicó unos años antes para no aceptar una postulación al Premio Stalin de la Paz). Todas esas no son más que hipótesis sin respuesta, porque francamente no sabemos qué habrá pasado por la mente de don Joaquín al enterarse que le iba a ser otorgada aquella distinción.

23.11.08

La Orden Rubén Darío

Resulta algo irónico que en 1958, 47 años después de la respuesta de Darío que vimos en la entrada anterior, don Joaquín recibiera, de parte del gobierno nicaragüense (¡el de Luis Somoza!), la Orden que lleva precisamente el nombre del gran poeta.

La foto que presentamos es de nuestra autoría y ésta es la primera vez que se publica en Internet.

22.11.08

La suspicacia del bardo

En el año 1911, cuando don Joaquín aún no era conocido como el célebre editor que años más tarde llegó a ser (el Repertorio Americano nació en 1919), le pidió al gran poeta Rubén Darío autorización para publicar, posiblemente en las Ediciones Sarmiento (que vieron la luz precisamente en 1911), algunos cuentos y versos.

Desde París, Darío le respondió con una negativa. La razón la explica así: "en virtud de no haber en los países de América tratados ni leyes especiales que garanticen de un modo efectivo la propiedad literaria, se hace, a menudo, desautorizadamente, esa clase de publicaciones".

Sorprende bastante esta respuesta de Darío, ya que precisamente don Joaquín le está pidiendo autorización para hacer una publicación. Por eso sostenemos la hipótesis -algo irreverente y osada- que tal argumento fue simplemente un pretexto "de cortesía" para negar su autorización a un desconocido, que tal vez -suponía él- hacía publicaciones que no estaban a la altura de lo que acostumbraba el poeta. Nótese que para entonces Darío era el director literario de "Mundial Magazine" editado en la ciudad luz. Esta revista mensual circuló sin interrupción entre 1911 y 1914 y al parecer, quien más publicó en ella, fue el propio Darío. Un estudio de parte de esa obra aparece aquí.

El bardo nicaragüense murió en 1916. En vista de la enorme cantidad de textos suyos que aparecieron años más tarde en el Repertorio, suponemos que don Joaquín no volvió a preocuparse de pedir autorizaciones, o si las pidió, le fueron acordadas por quienes tenían los derechos, pero de ello, hasta donde sabemos, no queda constancia. Pero es aún más importante recordar que entre 1919 y 1920, finalmente apareció en las referidas Ediciones Sarmiento una colección de escritos de Darío publicados en la prensa costarricense, compilada por Teodoro Picado. Esta colección fue reunida en dos tomos y se tituló "Rubén Darío en Costa Rica, 1891-1892". ¿Serían estos los mismos textos que don Joaquín quería publicar en 1911? (pero no en dos tomos sino en "un epítome", según se desprende de la propia carta de Darío).

Como curiosidad se puede señalar el hecho de que el nombre real de Darío era Félix Rubén García Sarmiento, es decir, sus apellidos presagiaban una combinación del nombre de la colección donde se recopilaron sus escritos del período costarricense y el propio apellido del editor.

(Nota: Recordamos una vez más lo que siempre decimos: Para ver en detalle la mayoría de las imágenes, y en particular esta respuesta de Darío, hacer click en ella y agrandarla con el zoom.)

18.11.08

Dos nuevos enlaces

En el Boletín Presencia Universitaria de la Universidad de Costa Rica me encontré una corta reseña escrita por Patricia Blanco, de una conferencia brindada por el Dr. Arnoldo Mora en torno al legado de don Joaquín a 50 años de su muerte.

Don Fernando Faith escribió un artículo sobre don Joaquín que salió en La Nación hace unos días. Se trata de un texto que retoma bastante de las ideas expresadas por su autor en la presentación de la edición de su periódico conmemorativo: El Mentor Costarricense.

17.11.08

Se enciende la polémica

En días pasados hicimos mención a un artículo sobre don Joaquín que prometía generar polémica (no lo dijimos exactamente así, pero era lo que queríamos decir). Ayer Áncora publicó una respuesta de don Fernando Herrera. Este artículo viene acompañado de la foto que mencionamos en la entrada anterior.

La aeromoza excluida o fin del misterio


Hace dos años (¡cómo pasa el tiempo!), algunas entradas de este blog las dediqué a una pequeña investigación sobre la fecha de llegada de Pablo Neruda a nuestro país. En esa ocasión publiqué las fotos que tengo de don Joaquín con el poeta. Esa circunstancia dio pie para que más tarde dichas fotos fueran expuestas en el Museo García Monge y en la embajada de Chile. El último rebote de esa seguidilla se dio ayer cuando el periódico La Nación presentó, en el suplemento Áncora, una de las fotos... precisamente aquella que incluye a Delia del Carril y que fue publicada por primera vez, hasta donde sé, en 1974, en el tomo de Obras Escogidas de García Monge que preparó mi padre.

Lo que yo no había dicho aquí con respecto a esa foto en particular, es que hace unas pocas semanas -justamente en los días en que se inauguraba la exposición de fotografía en el Museo García Monge- encontré un duplicado (el que ven arriba) mientras revisaba una carpeta. Es interesante señalar que aquel incluye un cuarto personaje (o quinto si se cuenta el señor que aparece atrás) que desapareció de la otra versión por causas desconocidas: se trata tal vez de una aeromoza de la que desgraciadamente no sabemos el nombre. Suponemos que es aeromoza porque parece llevar el distintivo de una aerolínea en la chaqueta. Pero más interesante aún es el hecho de que al dorso de la foto constaba una fecha muy precisa que viene a dar una respuesta certera a la pregunta sobre la fecha del viaje de Neruda: 31 de agosto de 1943. Es decir, realmente yo estuve muy cerca cuando avancé que la fecha probable sería entre el primero y el 3 de setiembre de ese mismo año. La aparición del duplicado me permitió comunicar a los responsables de la exposición la fecha correcta, y por ese camino llegó ayer hasta las páginas de Áncora.

Si damos crédito a la referida fecha, entonces también hay que señalar una pequeña imprecisión en la relación de viajes de Neruda que aparece en su famosa autobiografía (Confieso que he vivido), porque el viaje por los "países de la costa del pacífico" que menciona, se inició al menos un día antes del ahí consignado.

Lo que no se pudo presentar ni en la exposición ni en el periódico fue la foto completa. Lo hacemos ahora para saldar de paso la injusticia histórica que se le hizo a aquella mujer no identificada al excluirla de la hoy mediática foto.

Imposible pasar por alto el enorme rótulo del Club Rotario que daba la bienvenida en el antiguo Aeropuerto de la Sabana, lo cuál es un poco raro. ¿Sería más bien ese rótulo el que alguien quizo excluir por alguna razón?

16.11.08

Ágape para un Maestro

Don Joaquín cena con destacados intelectuales costarricenses que festejan sus 75 años. En la foto vemos en primera fila a: Alfonso Ulloa, Carlos Duverrán, Don Joaquín, Gonzalo Dobles, José Basileo Acuña y Julián Marchena. En segunda fila a: Teodoro Martén, Carlos Luis Fallas, Arturo Echeverría Loría y Manuel Segura Méndez. En tercera fila a: Jorge Gallardo, Salvador Jiménez Canossa, Fabián Dobles, Manuel Picado y Carlos Luis Sáenz.

Llama la atención lo varonil del encuentro. No hay una sola mujer. Nótese el tapiz en el fondo, que representa una vista desde La Plaza San Marcos en Venecia. Impresiona también la elegancia de los trajes. A don Alfonso Ulloa lo vemos con un cigarrillo en la mano.

Si bien mi padre había indicado en una nota explicativa que esta imagen corresponde al festejo de los 75 años de don Joaquín (un 20 de enero), yo creo que puede haber un error material en la consignación de esa fecha, porque la firma de quien yo supongo fue el fotógrafo (Molina Alemán) viene acompañada de un año en que don Joaquín más bien estaría cumpliendo 77 años: 1958. Es decir, esta foto podría corresponder a su último cumpleaños. También podría interpretarse que sea únicamente la copia de la foto la que corresponde a ese año. No lo sabemos con certeza. Según la misma nota explicativa dejada por mi padre, ésta foto fue reproducida en la Revista Posdata Nº 69, del 8 de mayo de 1976.

Aprovecho la foto para aventurarme a hacer una digresión con la cual tal vez algunos no estén de acuerdo. Pero bueno, la lanzo así, con trazo grueso, para ver qué piensan… que para la libre discusión también están los blogs y particularmente éste.

Para mí la imagen presentada testimonia de una escena posiblemente usual en otras épocas, pero que en nuestros días es casi inimaginable: Un ágape para un Maestro. Vivimos una época de profundo descreimiento, de artero cinismo, una edad de oro para los ególatras. Hoy casi nadie se reconoce en una figura tutelar, en un mentor. Hemos oído decir a algunos por ahí, con el pecho inflado de orgullo, que no necesitan el consejo de ningún maestro o gurú (esas solas palabras ya suenan sospechosas); que no confían en ninguna escuela o estilo; que no se sienten parte de ningún linaje. Para muchos sería casi una vergüenza reconocer algo así y otros posiblemente dudarían en confesar, por temor a cierto comadreo, que han participado en una celebración como la que vemos en la foto. La frase “Yo soy mi propio maestro” se ha vuelto un leitmotiv cuasi publicitario. Nadie quiere oír consejo y mucho menos darlo, o si lo recibe o lo da, lo hace con mil precauciones. Una idea de la libertad muy singular se nos ha metido en las venas y creemos que la única experiencia valedera es la propia.

Tal vez esto ha ocurrido por efecto de un mundo donde todo se ha vuelto puro relativismo. Donde todas las certezas han caído una tras otra. Un mundo rudo. Un mundo violentamente alérgico a todo lo que, aún lejanamente, suene a academia, a pedagogía, a paternalismo, a tradición. Un mundo que olvidó ya la gracia modesta y cálida de los verdaderos maestros; el sabio consejo de los que forjaron su espíritu pacientemente, con incansable trabajo y que desinteresadamente lo pusieron al servicio de una causa común, de un noble ideal. ¿Cómo llegamos ahí? ¿Por qué caminos? ¿Cómo se agotó el incalculable crédito de aquellos mayores que verdaderamente merecían una inteligente devoción? ¿Cómo se fueron extinguiendo, sin legítima sucesión, esa raza de personalidades que causaban tanta admiración? No es que no las haya hoy día, pero todo parece indicar que no tardarán en desaparecer definitivamente. ¿Será éste el efecto de una cultura hiper-mediatizada pero por eso mismo paradójicamente deshumanizada y deshumanizante? ¿De una cultura bulliciosa que acalla la voz reposada de la verdadera sabiduría?

A pesar de este vuelco tan conveniente al egotismo contemporáneo, vivimos un mundo que no se puede decir que sea mejor que el suplantado… en todo caso, yo no lo puedo decir, lo cuál tampoco implica que piense aquello de que necesariamente todo pasado fue mejor. ¿Qué hemos ganamos y que hemos perdido, verdaderamente, con éste trueque?

Creo firmemente que don Joaquín fue un verdadero Maestro, un Maestro que supo dar su consejo unificando en su voz muchas voces, pero que también supo guardar silencio para dar a conocer mejor las ideas ajenas y estimular el debate. Hablando del profundo significado de su obra para la cultura continental, el escritor argentino Francisco Romero escribió en Cuadernos Americanos (otra gran revista cultural como lo fue Repertorio Americano): “Los sucesos de gran trascendencia no alcanzan su reconocimiento cuando se limitan a ser convicciones individuales dispersas, aunque por ventura fueran convicción privada de todos, tomados uno a uno. Es necesario que cada uno posea su propia convicción y conozca las de los demás, para que la verdad común obtenga la fuerza de un consenso y las opiniones singulares se robustezcan y corroboren las unas con las otras. Sólo así brota la sanción justiciera y general que pone las cosas en su sitio y permite el destaque y aprovechamiento del esfuerzo eminente” (en “Homenaje Continental a García Monge”, Cuadernos Americanos, Vol.LXVII, enero-febrero, 1953).

A través de su Repertorio don Joaquín fue catalizador para que brotara esa sanción, fue sobre todo él quien rindió ese “esfuerzo eminente”. De ahí su importancia y de ahí también que se le considere Maestro de Maestros. Sin embargo, mucho tememos que ésta sea una fórmula caduca, porque ya los verdaderos Maestros no sabemos dónde se esconden… ¿En la tumba acaso? Nos queda, al menos, el consuelo de encontrar su palabra en los libros, que todavía gozan de buena salud.

12.11.08

Juntos una vez

He aquí, a simple vista, una banal foto de grupo. Pero observada más en detalle vemos ésto:


¡Don Joaquín y Yolanda Oreamuno, codo a codo, inmortalizados por una única vez en la vida! No tengo conocimiento de otra foto donde aparezcan juntos y mucho menos tan cerca el uno del otro. Esto ocurrió el 29 de octubre de 1943 en la legación del Ecuador, durante una recepción ofrecida al historiador ecuatoriano Abel Romero Castillo (quien aparece a la derecha de don Joaquín) .

A la izquierda de Yolanda está su segundo marido: el redactor del Código de Trabajo que fue promulgado en agosto de aquel mismo año por el gobierno de Calderón Guardia... Oscar Barahona Streber (1916-2004), gran personaje de quien se divorciaría menos de dos años después. ¿Estará la impronta de Yolanda de algún modo presente en el código a través de algún consejo o idea referentes a su fondo o a su forma?

De los demás asistentes no sabemos nada, pero sí el nombre del fotógrafo porque aparece en un sello al dorso de la foto: Néstor Castillo. Nótese que bajo la silla del extremo izquierdo también posa un perrito y por ello, hasta donde sé, ésta es la única foto que de algún modo reune a don Joaquín con algún animalito o mascota, lo que de ningún modo quiere decir que él les tuviera aversión. Más bien creo que los consideraba mucho ya que era un enamorado de las labores del campo y de la naturaleza en general. Pero otro día hablaré de ello.

¿Qué estará mirando don Joaquín (siempre tan observador) y qué le hará tanta gracia a Yolanda? Es la foto más espontánea que conozco de ella. En ninguna otra de las que he visto se muestra tan sonriente. En don Joaquín hay una sonrisa un poco más pronunciada que lo usual. Lo más común es ver fotos donde él aparece con una sonrisa muy sutil al estilo de la Mona Lisa, cuando no francamente serio. Lo más probable es que no quede traza fotográfica de cómo eran los dientes de mi abuelo porque todo indica que nunca los llegó a mostrar delante de una cámara, lo que dice mucho de su talante.

10.11.08

Para un rincón del cariño


El segundo descubrimiento al que hacíamos referencia en nuestra anterior entrada, lo tienen delante de sus ojos aquí arriba. Es un rarísimo retrato de Yolanda Oreamuno que tuve que restaurar digitalmente porque no se encontraba en tan buen estado como el anterior (que no tiene ningún retoque). Esta vez el original presentaba rasguños en la parte superior y antiguas manchas de huellas digitales en su contorno, defectos que hicimos desaparecer.

Esta foto tiene una particularidad muy llamativa y es su fuerte color naranja en las altas luces, el cual contrasta en las bajas con una especie de negro tornasolado que recuerda el efecto de una solarización. Al hacer la digitalización le dimos mayor contraste a los negros porque de otro modo la foto aparecía muy plana, por lo que el efecto tornasolado no es muy perceptible en la imagen que presentamos. He estado investigando sobre el procedimiento histórico de virado al naranja, pero no he encontrado ningún ejemplo tan contundente como el visible en este retrato. Puede ser que se trate de un tipo de sepia muy fuerte. También puede ser que con los años la foto haya sufrido algún tipo de alteración química con el resultado que vemos. Sea lo que sea, eso particulariza éste retrato, que por lo demás es bastante grande (19X24 cm).

En la dedicatoria es perceptible la pluma poética de Yolanda: "Don Joaco... Este retrato oscuro, de penumbra para un rincón de su cariño". A diferencia de la dedicatoria anterior ésta no lleva fecha. Sin embargo, se nota un cambio de tono. Ésta aparece menos formal, más íntima, lo que nos indica que los años han pasado y que la relación entre ambos literatos se ha profundizado... ya ella espera un lugar en un rincón del cariño de don Joaquín.

Para mi gusto, éste es el retrato fotográfico más hermoso de cuantos conozco de Yolanda Oreamuno. Rodeada de esa penumbra y delineada por tan cálidos contornos, ella aparece como un personaje muy misterioso, frágil y reflexivo, incluso se podría decir que maternal, lo que la emparenta con ciertos personajes que vemos en cuadros de La Tour. Algo que va a contrapelo de esa aura de vampiresa o tigresa con que a menudo se la percibe. Lástima que no aparezca por ningún lado el nombre del fotógrafo(a) que la vio así.

Actualización al 12 de noviembre
: Guiado por el índice del Repertorio Americano que preparó Evelio Echeverría, repasé los números que contenían retratos de Yolanda Oreamuno y no encontré ninguno de los que he presentado aquí. En realidad solo hay uno que se repite en un par de artículos y se trata de un retrato frontal parecido al de mi entrada anterior, pero sin ese plus que confiere la dedicatoria y por ello más ordinario.

También revisé el libro de Victoria Urbano sobre Yolanda, pero no viene ninguna foto (al menos en la édición que tengo, que es la primera de 1968). El de Rima de Vallbona no lo he podido consultar porque por extraño encantamiento desapareció de mi biblioteca (en todo caso yo juraba que hubo un ejemplar en algún momento). Lastimosamente tampoco tengo los de otros autores que también han estudiado a Yolanda Oreamuno. Así que todavía no puedo afirmar que estos retratos sean completamente inéditos.

(Por cierto, el material que hay sobre Victoria Urbano en la Universidad de Texas es impresionante)

8.11.08

Yolanda Oreamuno... ¡Qué mujer!


Yo creía conocer bastante bien el material del archivo García Monge que organizó mi padre. No es que lo hubiera leído todo ni mucho menos... hay tantísima cosa... pero creía saber con bastante certeza de qué piezas se compone. Sobre todo había repasado muchas veces las fotos existentes. Sin embargo, ayer hice un descubrimiento sorprendente. Dentro de una carpeta donde yo creía que había solamente algunos recortes de periódico sobre Yolanda Oreamuno coleccionados por mi padre, me encontré, cuidadosamente guardada en una bolsita plástica, la foto que ven arriba y otra cosita que mostraré otro día. Puedo decirles que fue un instante mágico, una epifanía de Yolanda. Para mí fue como haber encontrado el retrato, en perfecto estado, de una misteriosa princesa del tiempo de los faraones. Al instante me sentí fulminado por la belleza absolutamente impactante de esta mujer. Podría incluso afirmar que caí en una especie de vértigo y experimenté algo parecido al enamoramiento a través de este retrato hechicero. Si como lo creen ciertas tribus indígenas, el retrato fotográfico se roba el alma de las personas, ésta era la demostración. El espíritu rebelde y formidable de Yolanda palpitaba en esos ojos abstraídos que volvían a ver la luz desde hace quien sabe cuántos años... décadas tal vez.

No sé si mi padre le habrá mostrado este retrato a alguien. Supongo que sí. Probablemente le haya enviado una copia a Rima de Vallbona y a Victoria Urbano, dos mujeres que le dedicaron sendos libros a Yolanda Oreamuno y con quienes él mantuvo en algún momento correspondencia. Lamentablemente no tengo ahorita estos libros a mano para revisar si se encuentra en ellos una reproducción de esta foto. Tampoco tengo conmigo el Repertorio Americano, para ver si fue publicado por mi abuelo. En todo caso, sea inédito o no, lo pongo acá porque creo que también merece compartirse por Internet. Luego verificaré en las publicaciones referidas si aparece el retrato.

En la dedicatoria se leen las siguientes palabras escritas en tinta azul: "Para don Joaquín con respetuoso y agradecido afecto". La firma es algo ilegible, pero es la de Yolanda Oreamuno. La he cotejado con la que aparece en la dedicatoria de un ejemplar de "La ruta de su evasión" que había mostrado antes en este blog y se parece bastante. La fecha de la dedicatoria en la foto sí es clara: 16 de febrero de 1940. Yolanda tenía entonces casi 24 años (los cumpliría el 8 de abril).

En la parte inferior aparece otra firma en tinta negra, supongo que es la firma del fotógrafo (a). Lo que alcanzo a descifrar es lo que dice: ¿XX Díaz? ¿Alguien logra leer bien? Por detrás de la foto, escrito en lápiz aparece una fecha anterior a la ya señalada: 1939.

Si se observa con cuidado el retrato, se nota que las pestañas están realzadas mediante un retoque manual finísimo. ¿Será esta aplicación de "rimmel fotográfico" obra del retratista o de la misma Yolanda? Tendemos a pensar que es obra del primero, porque en aquella época se acostumbraba que los fotógrafos retocaran las fotos de ese modo para dar una sensación de mayor acutancia. Hoy se hacen cosas parecidas, pero por medios digitales. Por último hay que señalar que el gramaje del papel donde fue tirada la foto es bastante elevado, es prácticamente un cartón.

4.11.08

Esto dijimos

En estos días que se conmemoró el 50 aniversario de la muerte de Don Joaquín, se me invitó a pronunciar algunas palabras en distintos actos y como yo no soy muy bueno improvisando discursos, pues decidí más bien escribirlos. La ventaja es que si tales discursos se publican, el mensaje puede llegar a más gente. Por eso he decidido reproducirlos en "Derrames de tinta", mi sitio de textos largos.

El primer discurso -bastante breve- fue para al acto de conmemoración del 31 de octubre en el Parque de Desamparados, mientras que el segundo es más extenso y fue leído en el acto conmemorativo organizado por la Escuela García Monge. Se trata de un discurso destinado especialmente a los maestros de aquella institución, aunque también le dedico una parte de mi mensaje a los niños.

Con estos dos discursos y el texto que escribí para "El Mentor Costarricense", dejo cerrada esa especie de trilogía de textos míos dedicada a la conmemoración del 50 aniversario de la muerte de Don Joaquín.

3.11.08

Crónica de las honras fúnebres de Don Joaquín

Mi padre guardó muchos recortes de periódico que daban cuenta de la muerte de Don Joaquín y de sus honras fúnebres. Una de las crónicas más completas apareció en La República del primero de noviembre de 1958. Es la siguiente (para leerla basta hacer clic en las imágenes para agrandarlas):


El texto que acompaña la foto inferior de la segunda plana dice que un familiar de Don Joaquín lleva las condecoraciones, eso es correcto, se trata de mi padre, el Dr. Eugenio García Carrillo.

31.10.08

¿De qué murió Don Joaquín?

Cuenta mi madre -quien es fisioterapista- que en la época en que murió Don Joaquín ella se encontraba dando una terapia física a mi abuela, Doña Celia. Por varios meses mi madre estuvo yendo con ese propósito a casa de los García en la avenida segunda (donde luego estaría La Esmeralda). Pues bien, cuando don Joaquín se ausentaba solía dejar un papelito en la puerta en el que escribía: "No estoy, ya vuelvo" o "Ando en el correo, vuelvo pronto", cosas de ese tipo (no se trata de citas textuales). Cierto día, mi madre llegó y no vio a Don Joaquín y tampoco vio ningún mensaje en la puerta, entonces le preguntó a mi abuela dónde estaba él y ella le contestó que se sentía indispuesto y que estaba descansando en su habitación. Menos de veinticuatro horas después Don Joaquín había fallecido. Murió de una enfermedad cardiaca. No tuvo ninguna terrible agonía sino más bien una muerte tranquila. El momento del descanso le llegó con rapidez y sin exabruptos. Eso ocurrió exactamente hace cincuenta años, un viernes de garúas también.

Como Don Joaquín era anticlerical no quería pasar por una iglesia en su último viaje y por eso tampoco hubo misas (lo que incluso indispuso a unas sobrinas suyas que no quisieron asistir a su funeral por ser muy católicas). El postrero tributo se le rindió en la Asamblea Legislativa, que apenas una semana antes lo había declarado Benemérito de la Patria. El ataúd fue trasladado hasta allá en un carruaje fúnebre tirado por cuatro corceles arropados de negro. El cortejo salió de la propia casa de Don Joaquín, bajó por la avenida segunda, dobló hacia el norte a la altura del Balmoral y luego hacia el este por la avenida central rumbo a la Asamblea. Precediendo el carruaje iba mi padre, quien desfiló cargando un cojín de terciopelo rojo en el que iban colocadas todas las condecoraciones de don Joaquín.

Ya propiamente en la Asamblea Legislativa, el embajador del Perú, el señor Luis Barrios Llona, colocó sobre el féretro de Don Joaquín El Sol del Perú, que junto al título de Benemérito fueron sus dos últimas distinciones. Por cierto, en un escrito inédito cuenta mi padre que la última pregunta de don Joaquín fue: "¿Y qué hace un Benemérito?", pregunta que para él quedó sin respuesta. Hoy la interrogante más bien sería: ¿Y qué hacemos nosotros con un Benemérito? ¿Cómo le rendimos justo tributo cincuenta años después? ¿Cómo pagamos la deuda enorme que tenemos con quien tantísimo dio a este país y a la cultura iberoamericana? Por lo visto ya muchos ni reconocen tal deuda. Hoy La Nación nos recordaba que el 31 de octubre es para celebrar Halloween "a la tica" (¡Qué desgracia haber luchado toda una vida por nuestra cultura y morir en una fecha que los enajenados han adoptado como día de celebración! ¡Qué ironía!). Ni siquiera la sección del Día Histórico hizo alguna alusión a la muerte de Don Joaquín.

Actualmente sus restos reposan en el Cementerio General de San José. Sobre su tumba vemos un pequeño libro esculpido en mármol con un epitafio: In angelo cum libello... "En un rinconcito con un libro", que era como a él le gustaba estar. Cuánta cosa no habría leído en cincuenta años. No estaría mal ir a dejarle al menos unas flores.

Actualización al 11 de novimbre
: Justo es señalar que en El Día Histórico del primero de noviembre pasado apareció una breve nota sobre el sepelio de don Joaquín 50 años atrás.

27.10.08

Tres colaboraciones nuestras

Como se puede ver en la agenda de actividades relativas a la conmemoración del cincuentenario del fallecimiento de Don Joaquín, muchos eventos han sido previstos y otros ya han tenido lugar (aunque no las suficientes… el Ministerio de Cultura y el de Educación Pública brillan por su ausencia). Entre las actividades pasadas tuvimos la oportunidad de participar en tres:

1) La exposición fotográfica “Pienso en Chile” (visible en la Biblioteca Pública Joaquín García Monge de Desamparados) está destinada a ilustrar los lazos de amistad que unían a Don Joaquín con Chile -país donde hizo estudios superiores- y especialmente con algunas de sus más grandes figuras literarias, tales como Pablo Neruda y Gabriela Mistral. Para esta exposición, la Embajada de Chile nos pidió colaboración y con gusto les facilitamos digitalizaciones en alta resolución de fotografías históricas pertenecientes al archivo familiar (ciertas están en este blog). Personalmente me encargué de hacer el trabajo de digitalización y, en los casos en que fue necesario, también la labor de restauración fotográfica (en las fotos que nos correspondieron). Además, está expuesta ahí una fotografía de estudio tomada por mí de la “Orden al Mérito” que recibió Don Joaquín por parte del gobierno Chileno en 1943, en grado de Comendador.

Esta exposición se trasladará en pocos días a la Embajada de Chile y me han anunciado sus personeros que la presidenta Michelle Bachelet posiblemente la visite durante su
estadía oficial en nuestro país esta semana, lo cual sería un honor ya que admiramos mucho a esta gran dama, aunque me parece que su agenda es muy apretada y dudo bastante que pueda hacerlo. También me han dicho que es probable que un juego de copias de estas fotografías sea enviado a la Fundación Pablo Neruda, allá en Chile. Sería un nuevo honor.

Vista parcial de la exposición "Pienso en Chile"

2) Una segunda colaboración nuestra tuvo lugar el sábado pasado (día del cincuentenario del benemeritazgo) cuando participamos en la tertulia radiofónica “Joaquín García Monge, el mentor costarricense” que fue difundida por Radio Costa Rica en frecuencia AM. En total fueron dos horas de amena charla con Don Fernando Faith, un desamparadeño que es incondicional admirador de Don Joaquín y a quien hay que reconocer una encomiable labor en la organización de varias de las actividades conmemorativas de este mes. Hay que señalar que fue él quien se dio a la tarea ya no solo de organizar y realizar esta tertulia radiofónica, así como de colaborar con la organización de la exposición fotográfica, sino también de haber sido el motor editorial de una publicación en forma de periódico exclusivamente dedicado a la figura de Don Joaquín. Esta publicación llamada “El Mentor Costarricense” fue tirada en cinco mil ejemplares y se compone de colaboraciones de Fernando Herrera, de Julio Suñol, de Elizabeth Fonseca, de Arnoldo Mora (una versión más amplia del mismo texto aparece aquí), de Armando Vargas, y de un servidor. Mi contribución en éste caso consistió en un texto sobre el significado que tenía para mí ser nieto de Don Joaquín y también en haber facilitado nuevas fotografías destinadas a ilustrar el periódico. Además de diversas imágenes históricas, destacan en particular la fotografía del título de Benemérito (reproducida a una plana) y las correspondientes a diversas condecoraciones de don Joaquín, fotografías hasta entonces inéditas.

Entiendo que el Instituto Tecnológico de Cartago editó también una revista conmemorativa (Revista Comunicación), pero hasta donde sabemos no se nos invitó a su entrega a pesar de que también nos pidieron material fotográfico, cosa que nos extraña, porque sí se nos invitó hace unas meses a una lección inaugural dedicada a García Monge, ante una concurrida asamblea de estudiantes que fueron convocados para escuchar a destacados intelectuales tales como Fernando Herrera y Arnoldo Mora. Lamentablemente, por falta de tiempo no reseñamos oportunamente esa actividad, pero hoy la recordamos.


Don Fernando Faith y Don Joaquín

3) El mismo sábado en la noche tuvo lugar un concierto de la Banda Municipal Juvenil de Desamparados bajo la dirección del señor Miguel Angel Peña. Este concierto fue dedicado a Don Joaquín y bautizado significativamente “Repertorio Americano”. Lo cual tiene un doble significado ya que el repertorio interpretado esa noche se compuso exclusivamente de obras latinoamericanas. Durante el intermedio se nos invitó a expresar unas cortas palabras (que fueron básicamente de felicitaciones y de agradecimiento) y también se lograron repartir entre el público ejemplares gratuitos de dos obras de Don Joaquín (El Moto y La Mala Sombra), pertenecientes a los remanentes editoriales que le enviaban a mi padre luego de cada edición, así como ejemplares del “Mentor Costarricense”. Debo decir por un lado que el concierto estuvo magnífico y por otro que lamento bastante que por historias administrativas de permisos cuyo detalle ignoro, el concierto haya sido trasladado a última hora de la Escuela García Monge, sitio originalmente programado para acoger a la banda, al Museo García Monge. No es que el Museo sea un sitio poco propicio para un concierto, pero se corrió el riesgo de que alguien se haya quedado sin escucharlo de no haber entendido cuál fue el cambio de última hora. Espero que nadie haya tenido que vivir esa experiencia.

La Banda Municipal Juvenil de Desamparados durante el concierto "Repertorio Americano"

Sigue la cosecha del cincuentenario

Más artículos han aparecido en la prensa sobre Don Joaquín, incluso uno de corte crítico que promete ser detonante para nuevos escritos.

García Monge en el siglo XXI. De Armando Vargas Araya (lo leí en Tribuna Democrática).

El legado del periodista Joaquín García Monge. De Julio Suñol (también leído en Tribuna Democrática).

García Monge, tarea pendiente. De Iván Molina (aparecido en Áncora).

Dejo además un enlace a la página de la Biblioteca Ayacucho que reseña el libro de obra selecta de Don Joaquín recopilado por Flora Ovares, libro que fue editado hace un par de años pero que hasta el jueves pasado fue presentado en nuestro país.

25.10.08

Dos nuevos artículos

Hoy he encontrado dos nuevos artículos en la prensa referidos a Don Joaquín:

El primero lo hallé en Tribuna Democrática, se llama simplemente "Joaquín García Monge" y es copia de un editorial escrito en 1958 por Luis Alberto Monge, en ese entonces director de la revista "Combate". Me parece un editorial muy sentido, hecho al calor... o más bien diría "al frío" del duelo por la muerte de Don Joaquín.

El segundo es un artículo que encontré en El informa-tico. Se llama "Joaquín García Monge, a 50 años de su muerte" y está escrito por Freddy Pacheco. En éste artículo Don Freddy básicamente reproduce extractos de un ensayo de Arnoldo Mora y se queja del "escandaloso silencio" en torno al cincuentenario de la muerte de Don Joaquín, especialmente en la Universidad Nacional, cuya biblioteca lleva el nombre de Don Joaquín y a la que mi padre cedió hace como treinta años los derechos del nombre "Repertorio Americano", para que ellos pudieran seguir haciendo la publicación, cosa que en un principio se hizo, pero luego cada vez menos.

No voy a juzgar si la llamada de atención de Don Freddy es justa o no, sino sencillamente recordar que si revisamos la agenda de actividades para este cincuentenario, muchas de ellas ya han tenido lugar -o tendrán lugar- precisamente en la Universidad Nacional.

24.10.08

Benemeritazgo de Don Joaquín


Mañana sábado 25 de octubre se celebrarán exactamente 50 años desde que Don Joaquín fue declarado Benemérito de la Patria por nuestra Asamblea Legislativa. Con esa declaratoria la nación finalmente trataba de saldar la enorme deuda que tenía con él por su luminoso trabajo de toda una vida y por las múltiples injusticias que con él se cometieron.

Precediendo el "por tanto" de la declaración de Benemérito en sí, el "considerando" del acto legislativo dice así:
1) "Que es deber de la Asamblea Legislativa en su carácter de poder representativo del pueblo y como depositaria de la soberanía nacional, tributar justo homenaje a los ciudadanos que han contribuido con su ejemplo y civismo a dignificarla;

2) Que un ejemplo de amor al servicio público lo encarna el Profesor don Joaquín García Monge, considerado como uno de los más grandes valores de la intelectualidad de América;

3) Que por su fecunda labor en los campos de la docencia nacional se ha distinguido como el que más en su misión;

4) Que en las páginas de las letras patrias el nombre del Maestro don Joaquín García Monge, a través del tiempo cobra cada día relieves más brillantes y gratitud más profunda en el alma nacional".
A pesar de que todas esas declaraciones son bellas y justas, pienso que el benemeritazgo a Don Joaquín le llegaba tarde, casi demasiado tarde. Por un lado muchos otros países antes que el nuestro lo habían condecorado con sus máximas distinciones -mientras que aquí solo se le aislaba y se le silenciaba- y por otro, fue un reconocimiento que llegó solamente seis días antes de su muerte y que ni siquiera pudo ir a recibir puesto que la ceremonia estaba programada para otro momento. Siempre he pensado y sentido que es un acto que deja cierto mal sabor, que está marcado por una opaca incomodidad y que carece del resplandor que se supone debería tener. No hay que olvidar que la votación en la Asamblea Legislativa no fue unánime. Hubo quienes pensaron y defendieron la tesis de que Don Joaquín no reunía los méritos suficientes, por ejemplo el abogado Fernando Volio (qué ironía del destino que fuera éste mismo personaje el llamado a ser uno de los tres firmantes del título de Benemérito de don Joaquín en su calidad de secretario ad hoc de la Asamblea). Definitivamente, los grandes hombres con el tiempo se hacen más grandes y los chicos se empequeñecen hasta finalmente desaparecer de las memorias o si no desaparecen, más bien se les recuerda por sus mezquindades y sus malos actos, es una ley de la vida. Por ello hoy don Joaquín es más grande que nunca, mientras que la historia se ha encargado de desdibujar lentamente a quienes tan duro lo criticaron en otras épocas.

Pues bien, es probable que mi padre sintiera en su momento lo mismo que yo con respecto al benemeritazgo de Don Joaquín (incluso con mayor intensidad) y tal vez por eso jamás llegó a enmarcar aquel histórico título que sencillamente enrolló para guardarlo en una caja de cartón dentro de un armario. Al tomar esa decisión pienso que él no podía prever que el papel del que estaba hecho el diploma, era un papel que con los años iría perdiendo flexibilidad y que irremediablemente estaba destinado a dañarse. Qué sorpresa el día que quise ver el pliego y al tratar de abrirlo me quedé con un pedazo en la mano. Fue la gran campanada de alarma que llamaba urgentemente a consevarlo mejor. Por ello decidí llevárselo a Alicia Zamora -tal vez la mejor restauradora de documentos en nuestro país- para que viera qué se podía hacer con aquel papel tan quebradizo como una hoja de otoño.

Doña Alicia actuó con su acostumbrado profesionalismo y al cabo de cierto tiempo me entregó un documento al que, de acuerdo el reporte que lo acompañaba, había hecho las siguientes operaciones:

-limpieza mecánica
-eliminación de cintas adhesivas
-tratamiento de hongos
-humectación con agente bactericida
-aplicación de un soporte auxiliar de papel japonés
-recuperación del plano (aplanado)
-equilibrio estético
-montaje de la obra en papel libre de ácido

También Doña Alicia me entregó un documento con vistas fotográficas de cómo lucía el documento antes de la operación y restauración y de cómo había quedado después. Es el siguiente:


Una vez restaurado el título, le tomé una foto en alta resolución como respaldo de seguridad. En esa foto corregí digitalmente la mayor parte de las imperfecciones que estaban fuera del alcance de cualquier restauración mecánica (tal foto -en versión de baja resolución- es la que aparece al principio de ésta entrada y al hacer click en ella se agranda en una vista más detallada). Por lo demás, llevé el título original a enmarcar a una de las mejores marqueterías de este país, la de Inés Gutiérrez (que da la casualidad es mi compañera, pero cuando digo que su marquetería es una de las mejores es porque lo pienso verdaderamente y no por interés creado… por algo el Museo de Arte Costarricense le ha confiado obras tan importantes como "El Portón Rojo").

Hoy, el título cuelga de un muro en mi oficina (esperando mejor destino) y ya enmarcado luce espectacular a pesar de las inevitables cicatrices que le quedaron. Pero creo que ellas van bien con la imagen que tengo de Don Joaquín, un hombre herido por mil y una circunstancias, pero que no se doblegó y cuya obra y figura hoy resplandecen más que nunca.

21.10.08

Más sobre Don Joaquín en Áncora

El suplemento Áncora del Periódico La Nación suele publicar de vez en cuando artículos que tienen que ver con Don Joaquín. Muchas veces son artículos donde a penas se cita incidentalmente su nombre, pero otras veces son artículos que tiene por centro su figura o su obra. Hace un tiempo dediqué una entrada a uno de esos artículos. Entretanto han aparecido dos que me parecen especialmente interesantes. Dejo aquí el enlace a esas páginas:

Dedicatoria Inestable
de Iván Molina. Como complemento a este artículo se puede leer también el célebre discurso de Don Joaquín frente al Monumento Nacional, discurso que data de 1921 pero que ha sido reproducido muchas veces en diversos medios.

El Exilio de Don Joaquín
de Fernando Herrera. (Acompaña a este artículo una corta entrevista que se le hizo a Don Joaquín a su regreso del exilio en Nueva York y que apareció en el Diario de Costa Rica en 1919).

Por otra parte en el mismo suplemento se pueden leer las reseñas de dos obras sobre Don Joaquín de reciente aparición:

El legado del Arielismo
. De Rodó a García Monge. De Arnoldo Mora.

Vida y Verdad
. De Fernando Herrera

Igualmente hay un artículo sobre la labor de dos hombres que han seguido en cierto modo el ejemplo editorial de Don Joaquín.

Herederos de Joaquín
. Por David Delgado.

19.10.08

50 aniversario de la muerte de Don Joaquín

El 31 de este mes se estará cumpliendo medio siglo de la muerte de Don Joaquín. Por esa razón diferentes instituciones han organizado actividades conmemorativas que tendrán lugar estos días. A continuación presento un listado de los principales eventos de los que tengo conocimiento. (mi público agradecimiento para Don Fernando Faith por haberme hecho llegar el listado).


  • EXPOSICIÓN DOCUMENTAL:
    REPERTORIO AMERICANO, JOAQUÍN GARCÍA MONGE


    DIA: DEL LUNES 13 AL VIERNES 31 OCTUBRE

    HORA: DE 11:00 AM A 6:00 P.M.

    LUGAR: BIBLIOTECA PÚBLICA JOAQUÍN GARCÍA



  • ENCUENTRO INTERNACIONAL
    EL UNIVERSO DE LAS REVISTAS CULTURALES EN AMÉRICA LATINA


    DIA: MARTES 21, MIÉRCOLES 22 Y JUEVES 23 OCTUBRE

    LUGAR: UNIVERSIDAD NACIONAL, HEREDIA



  • PRESENTACIÓN DEL LIBRO: “COMO ALAS DE MARIPOSA”, QUE CONTIENE LA CORRESPONDENCIA ENTRE GARCIA MONGE Y CARDONA PEÑA. EUNA.

    DIA: MARTES 21

    HORA: 9:00 AM

    LUGAR: UNIVERSIDAD NACIONAL, HEREDIA


  • PRESENTACIÓN DEL LIBRO: REVISTA VIDA Y VERDAD (SAN JOSÉ 1904). EUNED.

    DIA: MARTES 21

    HORA: 6:15 PM

    LUGAR: UNIVERSIDAD NACIONAL, HEREDIA



  • EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA: “JOAQUÍN GARCÍA MONGE: PIENSO EN CHILE”

    DIA: DEL MIÉRCOLES 22 DE OCTUBRE AL VIERNES 31 DE OCTUBRE
    HORA: INAUGURACIÓN MIÉRCOLES 22 A LAS 6:00 PM

    LUGAR: BIBLIOTECA PÚBLICA JOAQUÍN GARCÍA MONGE DESAMPARADOS

    AUSPICIA: EMBAJADA DE CHILE



  • ENTREGA REVISTA COMUNICACIÓN ITEC, EDICIÓN ESPECIAL DEDICADA A DON JOAQUÍN GARCÍA MONGE.

    DIA: JUEVES 23

    HORA: 3:00 PM

    LUGAR: UNIVERSIDAD NACIONAL, HEREDIA


  • PRESENTACIÓN DEL LIBRO “OBRA SELECTA DE JOAQUÍN GARCÍA MONGE”. EDITORIAL AYACUCHO DE VENEZUELA.

    DIA: JUEVES 23

    HORA: 6:15 PM

    LUGAR: UNIVERSIDAD NACIONAL, HEREDIA


  • “JOAQUÍN GARCÍA MONGE, EL MENTOR COSTARRICENSE”

    DIA: SÁBADO 25 OCTUBRE (50 AÑOS DE BENEMERITAZGO)

    HORA: 3:00 PM

    LUGAR: MUSEO JOAQUÍN GARCÍA MONGE

    ESTA TERTULIA SE TRANSMITIRÁ EN VIVO EN EL PROGRAMA “EN LA ESQUINA DEL PARQUE, CON FERNANDO FAITH”, POR RADIO COSTA RICA 930 AM.


  • CONCIERTO “REPERTORIO AMERICANO", CON LA BANDA MUNICIPAL DE DESAMPARADOS

    DIA: SÁBADO 25 OCTUBRE (50 AÑOS DE BENEMERITAZGO)

    HORA: 7:00 PM

    LUGAR: SALÓN DE ACTOS. ESCUELA JOAQUÍN GARCÍA MONGE


  • FORO: “EL LEGADO DE JOAQUÍN GARCÍA MONGE AL PERIODISMO”

    DIA: MARTES 28 OCTUBRE

    HORA: 6:00 PM

    LUGAR: INSTITUTO CULTURAL MEXICANO, LOS YOSES

    SOPORTE: “COMO HARIA YO UN DIARIO A LOS COSTARRICENSES” 1925

    AUSPICIA: COLEGIO DE PERIODISTAS DE COSTA RICA


  • CINE-FORO DE LA OBRA EL MOTO

    DIA: JUEVES 30 OCTUBRE

    HORA: 6:00 PM

    LUGAR: BIBLIOTECA JOAQUIN GARCÍA MONGE


  • ACTO CÍVICO EN HONOR A DON JOAQUÍN GARCÍA MONGE

    DIA: VIERNES 31 OCTUBRE (50 AÑOS DE MUERTO)

    HORA: 8:30 AM

    LUGAR: EXPLANADA PARQUE CENTENARIO, DESAMPARADOS.


  • OFRENDA EN LA TUMBA DE DON JOAQUÍN

    DIA: VIERNES 31 OCTUBRE (50 AÑOS DE MUERTO)

    HORA: 11:00 AM

    LUGAR: CEMENTERIO GENERAL


  • TALLER DE LECTURA DIRIGIDO A JÓVENES: EL MOTO

    DIA: VIERNES 31 OCTUBRE (50 AÑOS DE MUERTO)

    HORA: 2:00 PM

    LUGAR: BIBLIOTECA PÚBLICA JOAQUÍN GARCÍA MONGE


  • CHARLA ACERCA DON JOAQUÍN GARCÍA MONGE

    DIA: VIERNES 31 OCTUBRE (50 AÑOS DE MUERTO)

    HORA: 7:00 PM

    LUGAR: MUSEO JOAQUÍN GARCÍA MONGE

23.3.08

El Repertorio en Áncora

Hace un par de semanas se publicó en el suplemento Áncora del periódico La Nación un artículo del periodista Bértold Salas que habla sobre las colecciones del Repertorio Americano accesibles al público en diversas bibliotecas del país. El artículo, llamado Los trabajos de Don Joaquín, da una idea general sobre algunos temas relacionados con el Repertorio tales como autores publicados, número de ejemplares, fechas de actividad, publicidad visible en sus páginas, etc. El artículo completo es consultable aquí.