14.12.09

Por fin

El 8 de diciembre pasado fue entregado, en el Instituto de México, el libro con la obra inédita de Carmen Lyra que mencionamos la última vez.

La presentación fue acompañada con una lectura dramatizada de una escena de esa obra por parte de las excelentes actrices Moy Arburola y María Bonilla. La foto que acompaña esta entrada la tomé con mi celular. Lástima que no tuviera una cámara más eficaz a mano, pero aún así esta foto tiene cierto carácter histórico, por ser la primera vez que se presenta al público un extracto de esa obra. Tuvieron que pasar prácticamente noventa años para que eso fuera posible.
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También debo mencionar como un hecho muy importante (ver aquí y aquí), que el pasado 3 de diciembre también fue entregado un libro de don Fernando Herrera que recoge toda la obra cuentística de don Joaquín (en buena parte completamente desconocida). Este libro llamado "Cuyeos y majafierros y otros cuentos" es el producto de una profunda investigación de don Fernando, quien se dio a la ardua tarea de bucear en toneladas de periódicos y revistas antiguas en busca de las perlitas literarias que dejó don Joaquín, muchas veces escribiendo bajo seudónimos diversos.
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Por último, no quiero finalizar esta entrada sin mencionar el artículo que publicó Ancora hace unas semanas, escrito por don Alberto Enríquez Perea y dedicado a analizar, en forma particular, dos colaboraciones de don Alfonso Reyes en el Repertorio Americano.

11.10.09

Había un vez... un inédito que ya no lo es

No es que me dé por satisfecho con la trayectoria de este blog ni mucho menos, pero he de decir, sin falsa modestia, que el mismo ha suscitado o se ha involucrado en algunos proyectos realmente hermosos. En especial, debo destacar la exposición fotográfica organizada por la embajada de Chile en el marco de las actividades conmemorativas del cincuentenario de la muerte de Don Joaquín, exposición que incluso fue apreciada por la mismísima Michelle Bachelet en su visita a nuestro país. En esa ocasión pudimos colaborar facilitando fotografías e imágenes de documentos históricos (en especial los concernientes a Pablo Neruda), así como textos de esta bitácora. Y ahora nuevamente nos sentimos orgullosos de poder anunciar que gracias a una seguidilla de eventos que se desencadenaron con una de nuestras primeras entradas, hoy se ha hecho realidad la edición de “Había un Vez...”, obra inédita de Carmen Lyra que durante muchos años se consideró perdida.

El hecho fue reportado esta mañana por el suplemento Áncora, el cual además nos cedió un breve pero aún así generoso espacio que aprovechamos para dar a conocer más éste sitio. No voy a extenderme mucho con respecto a esta buena noticia porque el artículo enlazado, escrito por Rodrigo Soto, es bastante esclarecedor. Baste decir que a nosotros nos correspondió también el honor de prologar esta primera edición de Había un Vez..., que sale a la luz casi noventa años después de que fue escrita. El texto completo de ese prólogo lo he subido a Derrames de Tinta, que como tal vez algunos sabrán, es mi sitio de textos largos.

La presentación del libro "Había una vez..." tendrá lugar el 8 de diciembre.

17.9.09

Frente a la persistencia del pesimismo

En el "Repertorio Americano" del 1 de noviembre de 1920, me encontré un texto breve y sin firma titulado ¡Mala seña! Sin embargo, alguien había puesto al lado, con lápiz, las iniciales "g.m." Claro: "García Monge". Tal vez fue el mismo don Joaquín quien lo hizo o quizás mi padre, no sé. Habría que hacer un estudio grafológico, aunque tiendo a pensar que se trata de la letra de mi abuelo. Ya leyendo el artículo, uno percibe un estilo muy similar al suyo, con lo cuál prácticamente no queda duda de que se trata de un texto de su autoría.

Como su temática es de indiscutible actualidad y porque no recuerdo haberlo visto en ninguna recopilación o antología, transcribiré acá ese parrafito:

¡Mala Seña!

Por todos lados se siente el pesimismo de los ciudadanos. ¡Mala seña! Pesimismo, en el fondo, es ineptitud. Se duelen y desconfían de sí los que no pueden. Cuando hay capacidades y competencia, hay fe y optimismo. Por eso alarma ver que el pesimismo se está comiendo el país. Y hay que sacárselo como parásito nocivo y ponerse en cura. Hay que sumar agencias e instituciones que formen ciudadanos hábiles y capaces, hay que fomentar los deportes. Y entonces florecerá el entusiasmo y la confianza del país en sus fuerzas y recursos, en sus hombres y capacidades. Padecemos de crisis de hombres hábiles en las diversas disciplinas y actividades de la República. En donde los hay, existen la confianza y la fe y la alegría. Y sentido del tiempo, con el que se cuenta para realizar grandes cosas. Porque nuestras premuras e irritabilidadades son inhabilidad también, impaciencia, el hacer las cosas de cualquier modo.

6.7.09

Un presente hondureño


Esta fotografía de una pintura de Francisco Morazán fue tomada hace unos 120 años (alrededor de 1890) por quien creemos fue un fotógrafo hondureño de apellido Aguirre. En la época el procedimiento en boga era el de gelatino-bromuro sobre placas de vidrio y suponemos que de una placa semejante proviene esta copia. Lo que no sabemos con certeza es en qué momento se tiró la misma. Bien puede tratarse de una copia muy antigua o bien de una más reciente, pero en ningún caso posterior a 1941.

Estos datos los conocemos porque al dorso de la foto aparece el siguiente texto: “Copia tomada por el fotógrafo hace más de 50 años. Presentada al benemérito J.G. Monge por el suscrito. San José, enero 30, 1941. Héctor Medina Planas”. También aparece el sello “Aguirre”… Con toda seguridad el sello del fotógrafo o de su estudio fotográfico, ubicado en "Tegucigalpa, Honduras". El texto que dice “Morazán” en el lado frontal de la foto no es parte de la misma, sino un añadido hecho a mano, quizás por el propio Medina Planas. Tanto en este texto como en el que se encuentra al reverso, se nota mucha meticulosidad en la ejecución, incluso es visible el trazado de unas guías que sirvieron para mantener la escritura bien alineada.


Revisando en internet imágenes de Morazán, hemos constatado que la efigie que presentamos se repite algunas veces, pero no en foto como aquí, sino en lo que parece ser cierto tipo de grabado. A pesar de ello no sabemos quién es el autor original ni dónde se encuentra su obra. Si alguien tiene alguna idea, pues bienvenida será la información.

De don Héctor Medina Planas tampoco sabemos mucho. En el Repertorio Americano hay algunos artículos suyos y en vista de las temáticas -y de la naturaleza misma de su regalo a don Joaquín- suponemos que se trata de un ciudadano hondureño. También encontramos en internet la "entrevista" que una estudiante universitaria, Natalia Villalobos, le realizó a Ricardo Mejía, un anciano zapatero catracho (de unos 90 años) quien cuenta que el señor Héctor Medina Planas lo ayudó a instalarse en Costa Rica allá por los años 40, es decir en fecha relativamente cercana a la de su presente a don Joaquín. Igualmente encontramos en la red una cita que se le hace en un libro llamado: “Los Deliberantes. El poder militar en Honduras”, escrito por Matías Funes V. Si creemos lo que ahí se dice entonces don Héctor Medina fue ingeniero militar: “Un mayor de ingenieros, más agresivo aún, exigía que los hondureños viviéramos bajo el amparo de la ‘sociedad militar’. En su perspectiva, el régimen militar debía imperar en las escuelas públicas y privadas y las masas debían educarse en el espíritu castrense como única forma de llegar a la ‘verdadera redención’ (…) (Discurso pronunciado por el Mayor de Ingenieros don Héctor Medina Planas, en la fiesta que tuvo verificativo en la Academia Militar, el 20 de mayo del corriente año. Boletín del Ejército, Año V, mayo y junio de 1917, Nos. 39-40, pp. 1151-1152)”.

Claro, también podría tratarse de un homónimo, así que no podemos asegurar que quien habló de forma tan excesiva fuera la misma persona que tuvo relación con el pacífico don Joaquín, aunque hay muy buenas posibilidades de que así fuera, máxime si se tiene en cuenta que otro artículo encontrado en la red menciona el nombre del Ingeniero Héctor Medina Planas como “representante”, en 1948, de José Ángel Zúñiga Huete. Este último personaje, conocido como “El León del liberalismo”, se considera en Honduras uno de los grandes nombres de esa tendencia política y fue un firme opositor a la dictadura de Tiburcio Carías entre 1932 y 1948 (el período de gobierno más largo en la historia de ese país, también llamado “El cariato”). Es interesante tener en cuenta que si bien Carías había llegado al poder democráticamente como candidato electo por el Partido Nacional, mantuvo sus riendas por largos años gracias a una reforma de las normas constitucionales que impedían la reelección y ejerciendo también una creciente represión en contra de los opositores liberales. Tal vez ese mal recuerdo ha estado presente de algún modo en el espíritu de los hondureños en el caso de la destitución de Zelaya estos días (lo cual por supuesto no justifica que se le dé un golpe de estado preventivo). Pero para volver a Héctor Medina Planas, suponemos entonces que si llegó a Costa Rica, fue en calidad de exiliado político por ser de filiación liberal.

Algunos de los títulos de los artículos de Héctor Medina Planas publicados en el Repertorio reflejan esa situación y curiosamente podrían ser aplicados en cierta medida a la actualidad hondureña: “Desastre administrativo del gobierno de Honduras”; “Criollismo versus democracia”, o aún: “El ministro consuetudinario Lic. Gálvez, abogado de la Bananera y actual candidato oficial no puede ser presidente de Honduras”. Estos títulos también reflejan el pensamiento de un hombre maduro preocupado por la alternabilidad democrática (lo que se confirma plenamente a la lectura del segundo artículo), eventualmente ya muy distante de la doctrina militarista que defendía 25 años atrás (aunque en estricta lógica ambos discursos no son necesariamente incompatibles) y quizás también el pensamiendo de un hombre de izquierda, sobre todo si se tiene en cuenta lo que incidentalmente se dice de él en el trabajo de la estudiante universitaria mencionada dos párrafos atrás.

De los diferentes artículos de Medina Planas publicados en el Repertorio nos interesó en particular una entrevista que le realiza a don Ricardo Jiménez en el año 1942 (año del centenario de la muerte de Morazán). En aquel momento don Ricardo tenía 83 años, edad con la que se le declaró Benemérito de la Patria (ese fue un título que don Joaquín también recibió como muchos sabrán). Y decimos que nos interesó la entrevista porque precisamente gira en torno a Morazán y por ello también guarda relación con la foto que le regaló don Héctor a don Joaquín poco más de un año antes. Como se trata de una entrevista bastante corta la transcribimos íntegramente:

Entrevista con el ex-presidente don Ricardo Jiménez

“Con una tarjeta especial de Don Joaquín García Monge. Director de Repertorio Americano, tuvimos la oportunidad de visitar al esclarecido ciudadano Don Ricardo Jiménez. Nos recibió con la afabilidad y cultura que le son características; y después de las obligadas frases de cumplimiento y rúbrica, abordamos el tema de nuestra entrevista.

-(HMP) (1) Señor: Hemos tenido la ocasión de conversar con un distinguido elemento social costarricense (2), sobre la personalidad histórica del General Morazán; y la síntesis de las opiniones recibidas podemos expresarla así:

1- Morazán fue un déspota,
2- Fue un mediocre,
3- Fue un intruso en Costa Rica, y
4- En relación con su fusilamiento, no podemos desaprobar lo que hicieron nuestros abuelos.


Hechas a Ud. Las mismas preguntas a que corresponden estas respuestas, ¿cuáles serían las contestaciones?


- (RJO) Pues claro está: Que Morazán no fue un déspota, ya que más bien vino a darnos libertad. Era la personalidad más distinguida de Centro América; y no podía ser un intruso, porque a más de haber sido Presidente de la República, por dos veces, fue llamado para derrocar a Carrillo.


En lo de que no podemos desaprobar lo que hicieron nuestros abuelos, si aceptáramos esa tesis como buena, deberíamos andar hoy con taparrabo (3)

- (HMP) Don Ricardo: ¿No sería posible que Ud. escribiera sobre los puntos de nuestra entrevista: algo en particular me ha dicho Don Joaquín, de un ofrecimiento.


- (RJO) Con Mucho gusto lo haré; pero me dejarán Uds. el tiempo suficiente, porque actualmente estoy muy ocupado; tengo que ordenar muchas cosas; además, Uds. saben cómo me atacan, y cuando vean que escribo sobre Morazán, no van a decir que lo hago por simpatías a él, sino por odio a Carrillo.

Hasta aquí nuestra visita; y nos despedimos, altamente complacidos de la recepción que nos hiciera patricio tan meritorio” (Repertorio Americano, Tomo XXXIX, Nº 8, 25 de abril de 1942).


Nunca apareció en el Repertorio lo que el patricio prometió sobre Morazán como tal, pero era de esperárselo, ya que desde la respuesta misma deja entrever su temor a que luego se le ataque. Sin embargo, ello no quiere decir que don Ricardo estuviera faltando a su palabra, porque unos meses más tarde sí publicó algo sobre Carrillo, tal como ya lo había hecho en 1939 cuando dio a conocer tres epístolas bajo un título elocuente: “Alabar a Carrillo es extraviar a los jóvenes y hacer escuela de tiranía, por más vueltas que se le dé a la cosa”. ¿Sobre Carrillo dije?... Pero si Carrillo no es Morazán. Pues sí, pero hablar de uno siempre conduce a hablar del otro, así que don Ricardo, al escribir sobre Carrillo, también terminó evocando a Morazán. Aunque optó, seguramente en razón de lo que había anunciado, por decir poco y no del modo que esperaba su interlocutor.

Nótese que don Héctor Medina Planas refiere que una tarjeta de don Joaquín le sirvió para presentarse a don Ricardo Jiménez. Eso se explica en la medida en que ambos beneméritos fueron muy amigos. En nuestros archivos tenemos varias y extensas cartas que don Ricardo le dirigió a don Joaquín. Esperamos poder darlas a conocer más adelante aquí mismo.

Como dijimos en la entrada anterior, Morazán está en el último puesto de los 100 latinoamericanos más influyentes de la historia, según una clasificación que se hizo hace algún tiempo. El asunto puede parecer anecdótico o complaciente con la moda de los “Top Number”, pero tiene su importancia en la medida en que señala el impacto de ciertos personajes, aunque posiblemente muchos hayan quedado afuera y otros estén ahí injustificadamente.

Para finalizar, nada más queremos rememorar lo que Morazán escribió en su testamento antes de ser pasado por las armas: “Declaro que todos los intereses que poseía, míos y de mi esposa, los he gastado en dar un Gobierno de Leyes a Costa Rica”. (Citado por Arturo Mejía Nieto, en “Morazán”, Repertorio Americano, Tomo XXXIX, Nº 19, 26 de setiembre de 1942).

Notas:

1-.Las iniciales de Héctor Medina Planas (HMP) y Ricardo Jiménez Oreamuno (RJO) no figuran en la entrevista original. Las incluimos nosotros como un medio para identificarlos mejor en la secuencia del texto.

2-.Lástima que el nombre de esa persona haya quedado en el misterio. Pero tampoco era necesario particularizarlo ya que de todos modos refleja o reflejó un sentir más general.

3-.Este tipo de frases actualmente son mal vistas porque lanzan descrédito sobre nuestros antepasados indígenas y tienen un tinte racista, pero eran muy corrientes en aquella época y desgraciadamente aún son escuchadas en ciertos estratos de la población caracterizados por su poca educación (independientemente de su posición social). Actualmente se diría que son “políticamente incorrectas”. En todo caso se puede rescatar de ahí que don Ricardo no justifica el fusilamiento de Morazán por considerarlo un acto de barbarie, al menos eso es lo que interpretamos de su frase.

1.7.09

El eminente hondureño don Froylán Turcios



¿Qué habría pensado de la triste situación que hoy vive su país, don Froylán Turcios, eminente hondureño que en 1920 le dedicó a don Joaquín el hermoso retrato que vemos arriba? Sabiendo que fue el "representante en el exterior" de Sandino, no nos cabe duda de que habría condenado sin ambigüedad el golpe de los tagarotes. Lo mismo que don Joaquín, quien -según cuenta mi primo Marcial- usaba mucho esa palabra.

De acuerdo al diccionario de costarriqueñismos de Miguel Ángel Quesada Pacheco, tagarote significa glotón o aquel que busca sacar provecho propio. ¿No es acaso apropiado este calificativo para describir a los que han agarrado mando en Honduras estos días? (Más de lo que pensamos al respecto se puede leer aquí y acá)

Por cierto, don Froylán ocupa el puesto 54 del top-100 de los personajes más influyentes de la cultura latinoamericana. Aparte de él, el otro hondureño presente en esa lista es Francisco Morazán, quien entró dejando la barba en el alambre en el puesto 100. En lo que a costarricenses respecta, las únicas dos personalidades presentes en la nómina son Carmen Lyra, quien ocupa el puesto 94 y Pepe Figueres en el puesto 25... excelente, pero ¿Acaso ya se olvidó todo lo que don Joaquín influyó en la cultura latinoamericana a través del Repertorio Americano principalmente? ¿Se le consideró al menos? Lo dudo... En lo que a él se refiere, la historia oficial muchas veces presenta curiosos síntomas de Alzheimer, pero sin duda don Joaquín tuvo tanto mérito como Carmen Lyra, a quien precisamente él propulsó. Aunque claro, a él seguramente le hubiera importado poco esa omisión, porque su afán nunca fue el de figurar.

11.6.09

Un Convivio arrebatado

Garabateadas sobre una hoja arrancada de lo que parece ser un prospecto, leemos las siguientes palabras: “Remito un Convivio que le he arrebatado a Díez-Canedo. Saludos” y luego viene una firma, una posdata y una fecha: “Alfonso Reyes. Precioso el tomito de Chacón. 9 dic. 1919”.

Pero ni la brevedad del mensaje, ni lo informal del pliego sobre el que fue escrito hacen de éste un documento banal. Más bien todo lo contrario: Se trata de una pieza histórica de gran belleza. Hela aquí:



Admito que soy lento, y por eso durante mucho tiempo no entendí muy bien qué significaba eso de “Remito un Convivio que le he arrebatado a Díez-Canedo”. En un principio pensé que don Alfonso hablaba de un tomo del Convivio (1) obtenido de un tercero de una forma un tanto forzada. Pero en ese caso ¿Para qué remitírselo a don Joaquín siendo él mismo el editor? ¿O sería que estas palabras no eran para él y le llegaron de algún modo? Más luego, guiado por una deducción tardía, se me ocurrió que en realidad lo que don Alfonso decía, era que él le estaba remitiendo el texto de otro autor, en la ocurrencia Díez-Canedo, para su publicación en la colección El Convivio. Revisé el tomo Nº 4 correspondiente a los años 1919-20 y en efecto, en sus últimas páginas me encontré un librito suyo llamado “Sala de Retratos”. Sin duda, ese era el Convivio que don Alfonso propició y don Joaquín materializó, con la venia -a regañadientes o no- de su autor: Díez-Canedo. Y estamos seguros de que ese es el libro, porque don Joaquín se tomó la molestia de reproducir las palabras de don Alfonso en la primera página:


¿Por qué reprodujo don Joaquín las cortas frases de Reyes? ¿Sería para protegerse de cualquier reclamo en caso de publicación no autorizada directamente por el autor? ¿O sería para estimular de algún modo la lectura del librito haciendo patente quién era el enorme intelectual que lo estaba promoviendo? Tal vez fueron ambas cosas, aunque la segunda opción para mí tiene más peso. Sobre todo si tenemos en cuenta que en esa página introductoria, don Joaquín agregó unas líneas de su autoría donde cita a otro eminente intelectual, quien a su vez habla de Díez-Canedo, lo que vendría a reforzar la intención de la presentación:

“Refiriéndose a los miembros mejor conocidos de la aristocracia literaria cerrada de la literatura española, dice Pedro Henríquez Ureña lo siguiente:

'Unamuno es su filósofo místico; José Ortega y Gasset es su filósofo intelectualista; Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado son sus principales poetas; Azorín es su crítico; Enrique Díez-Canedo es su humanista moderno…”.
En definitiva, hay aquí una seguidilla de referencias que sitúan bien la altura de los personajes. Pero lo que para mí termina de hacer hermoso este asunto, es el soporte mismo sobre el que está escrito el mensaje original de Reyes, ya que se trata nada menos que de un pliego del Vieux-Colombier (Viejo Palomar), un teatro fundado por Jacques Copeau en 1913, que con los años fue creciendo y adquiriendo notoriedad y que aún hoy en día funciona adscrito a la venerable institución que es “La Comedie Française”, aunque todavía conserva su viejo y hermoso logo, el mismo que domina el documento que presentamos (aunque con unas modificaciones menores). Además, en 1978 el teatro fue declarado "Monumento Histórico" por la administración francesa.


Al dorso del pliego se puede leer un texto que no ha envejecido y que nos suena como el recordatorio de una tarea pendiente, al menos en nuestro país, donde el teatro es tan pobre. Los dos primeros párrafos -en mi libre traducción- dicen así:
“El Vieux-Colombier, fue fundado el 22 de octubre de 1913 por un grupo de escritores y artistas, bajo la dirección de Jacques Copeau, como un lugar de convergencia para todos aquellos autores, actores, espectadores, que, indignándose de la pobreza del teatro contemporáneo, desaprueban la cobardía de las costumbres y creen firmemente que la escena no es un lugar de donde deban ser excluidas la honestidad, la inteligencia y la belleza”.

“Desindustrializar el teatro, 'desfanfarronizar'(2) a los actores, respetar el público, eliminar de la interpretación dramática todo aquello que oprime o deforma el espíritu del poeta, armonizar todos los elementos del espectáculo, aclarar, gracias a la simplicidad de la puesta en escena y la disciplina de la interpretación, la pura configuración de las obras mayores: tales son los principios sobre los que se apoya el Vieux-Colombier y que le han valido su reputación".
¿Le habrá prestado atención don Joaquín a ese texto? ¿Por qué habrá escrito Reyes sobre esta hoja? ¿Sería por simple pobreza o porque tal vez en esos años, al finalizar la primera guerra mundial, hasta procurarse papel en blanco era difícil? El hecho de que haya sido arrancado de otra sección podría sugerir esto último, pero en realidad no lo sabemos con certeza. Llama la atención, eso sí, que el documento tenga un sello postal correspondiente al 28 de noviembre de 1919. ¿Sería el pliego una simple publicidad que llegó al buzón de Reyes o de alguien más y que él recogió? Esa es una pista que me parece plausible, en la medida en que el Vieux-Colombier permaneció cerrado entre 1917 y 1919, y como bien se lee en el documento, se planeó su reapertura para el 5 de enero de 1920. En realidad no fue que el teatro hubiera cesado sus actividades, sino más bien que su gente había sido enviada en misión propagandística a Nueva York, por invitación del Ministerio de las Bellas Artes (¡vaya tiempos aquellos! Es grandioso que haya existido un ministerio con ese nombre). Esto se explica en el cuarto párrafo del texto que aparece el dorso. Ahí mismo también se dice que, gracias a esa misión, el Vieux-Colombier fue visto como “algo más que un teatro” porque encarnaba, a los ojos de los norteamericanos, el espíritu mismo los grandes movimientos que a lo largo de la historia hicieron de los franceses “los verdaderos protagonistas de la cultura moderna” (!).

Por último he de decir que “el tomito de Chacón” al que se refiere Reyes, es el de José María Chacón y Calvo, titulado “Hermanito Menor” y publicado en 1919 por don Joaquín.

Notas:

1-.El Convivio fue una de las colecciones editoriales más conocidas de don Joaquín.

2-.Copeau utiliza una palabra posiblemente inventada por él mismo, pero de difícil traducción: “décabotiniser”. Aquí también quisimos inventar un equivalente, pero sospechamos que no hemos dado en el clavo.

8.6.09

Una colaboración

El señor Carlos Carranza, profesor de sociología en la UNA, investigador del Observatorio de Coyuntura y Subdirector de la Escuela de Administración Pública, nos remitió el artículo que había sido publicado el año pasado en "El Pregón" sobre don Joaquín y que luego fue retirado por razones que desconocemos. Le agradecemos mucho el que nos haya dado su amable autorización para publicarlo aquí.

La comprensión del pensamiento de García Monge es compleja, ya que en su larga vida demostró una apertura mental hacia nuevas posiciones evitando caer en el dogmatismo y mucho menos en cualquier mutilación, la capacidad de García Monge era tal que donde algunos personajes de su época veían una sola vía este pensador miraba distintas alternativas recogiendo lo mejor de cada una de ellas. En buen sentido explora distintos caminos para encontrar la verdad, lo que hace que García Monge tuviera un método distinto de conocimiento a otros de su época y de algunos intérpretes de su pensamiento. Por el contrario el pensamiento de García Monge es fruto de lo mejor de la patria, la justicia, la libertad, la creación de nueva cultura y una reflexión a mentes abiertas. Desde sus primeros momentos en Dos Cercas (Desamparados) su paso por Chile que marcó fuertemente sus definiciones personales, individuales, espirituales y de pensamiento político que lo convierten en una figura de referencia de los primeros treinta años del siglo XX y su ventana de ideas se proyecta como luz en el siglo XXI.

Su pensamiento expresa sobre todo un deseo profundo de libertad y derechos humanos. Para ello recordemos solo tres momentos de su vida: El primero de ellos referido al repudio, a las dictaduras que se daban en América Latina y el Caribe, así con Omar Dengo, Mario Sancho y otros valientes costarricenses decidió a su manera enfrentar la dura dictadura de los Tinoco, desafiando a la misma, teniendo que pagar con autoexilio que si no hubiera sido así, habría terminado con su vida. Esto hizo que por encima de muchas definiciones encabezaran posteriormente la Secretaría de Instrucción Pública durante el gobierno de Julio Acosta García, que levanta las primeras piedras del Estado que se va a gestar en los cuarenta de una Costa Rica distinta.

El segundo punto se refiere a la libertad de pensamiento que se expresó siempre en el Repertorio Americano siendo paradójicamente una de las pocas personas que se pronunció en contra de la expulsión por el gobierno de Calderón Guardia y don José Figueres Ferrer; lo que demostró su temple de libertad para todas las personas en relación con el pensamiento humano, donde nos da la lección de verdadera democracia.

El tercer momento se refiere al respeto, al libre pensamiento y acción política de diferentes fuerzas políticas y sociales. Así García Monge inicia en sus últimos años la lucha para darle voz aquellos que habían quedado marginados después de la guerra civil del 48. Posiblemente la afinidad ideológica no era cercana a su pensamiento pero el respeto a la libertad es mayor que a los meros principios así García Monge demuestra que la libertad se puede expresar en distintos momentos y en distintas formas, donde la responsabilidad es interior, pero el sentido es con la patria para construir libertad y dignidad.

De la misma manera en sus críticas que muchas veces se expresó en una pequeña nota, en una gacetilla, en la negación personal de apoyar cuestiones que consideraba inadecuadas, eso sí sobre todo en su Repertorio Americano abriéndole las páginas a distintas posiciones sin miedo a enfrentar distintos pensamientos para que las personas construyan su propia definición sobre el mundo la vida, la cultura y la política.

Las letras y el pensamiento de García Monge son vastas, solo refiramos que de lo anteriormente citado se puede extraer que fue y es voz viva del pensamiento audaz, de las nuevas formas de ver la patria, del fortalecimiento Republicano-Democrático y de lo mejor de la nacionalidad y el nacionalismo sin perder la universalidad presentes en García Monge, temas de debate obligado ante una figura viva y de contenidos amplios.

Que debe ser referencia para la Costa Rica que necesitamos construir en el siglo XXI, de la mano de Roberto Brenes Mesén, Omar Dengo, Carmen Lyra y Rodrigo Facio Brenes como fuentes de pensamiento libre y crítico. Ese es el verdadero homenaje que le debemos hacer a un verdadero Patricio y benemérito de la Patria; que pensó para todas y todos; donde el pensamiento de García Monge es un faro que ilumina las difíciles vidas que hombres y mujeres del siglo XXI debemos construir.

¡Joaquín García Monge sigue vivo en ideas, pensamiento y acciones!

24.5.09

Visión de don Joaquín

Para ilustrar mejor la relación de amistad que unía a don Alfonso Reyes con don Joaquín -tema de nuestra entrada anterior-, hoy quisiera presentar algunos documentos adicionales referidos al ensayo poético Visión de Anáhuac, aquel que empieza con el célebre epígrafe: “Viajero, has llegado a la región más transparente del aire”*. Como es sabido, éste es uno de los trabajos más importantes de Reyes y su primera edición estuvo a cargo de don Joaquín, quien lo publicó en 1917 en la colección El Convivio.

Algunas huellas epistolares dejadas por ambos literatos dan cuenta de la génesis de esa publicación y son mencionadas en un artículo de la Revista Comunicación cuyo autor es el mismo investigador que firmó el artículo del suplemento Áncora que llamó nuestra atención hace unos días: Alberto Enríquez Perea. Como dijimos en la entrada anterior, en la actualidad no existe una versión digital del número correspondiente de la Revista Comunicación que podamos enlazar. Sin embargo, podemos destacar que en él se cita una carta que fue dada a conocer íntegramente por mi padre en un articulito llamado Día de Reyes (aparecido el 4 de marzo de 1970 en el periódico La República), carta que es de particular interés porque en ella don Alfonso le presenta a don Joaquín el material que desea publicar. Como pocas son las personas que han tenido delante de sus ojos ese pliego, presentamos aquí su imagen escaneada:


Es interesante notar que esta carta es en realidad la primera página del manuscrito, es decir, la que lleva el título (En Día de Reyes mi padre dice que fue la única que se conservó del original). Esta tesis se basa en el hecho de que, como se observa, el título fue primero mecanografiado y luego tachado, mientras que el resto del pliego fue usado para escribir la carta. Ahora bien, el primer impulso de Reyes fue poner el título sugerido en numerales: 1519 y abajo -entre paréntesis- Visión de Anáhuac. Luego él mismo corrige y pone el nombre de la obra en letras, pero sin ningún subtítulo. Aunque no parece estar muy convencido, ya que califica su título de "absurdo" y eventualmente de "malo". Tal vez eso le bastó a don Joaquín para decidirse por el otro.

Enríquez Perea escribe que el libro salió “con el título que lo volvió un clásico de nuestra lengua”… Un título que nunca más cambiaría, lo que habla bien de la visión de don Joaquín al escogerlo.

En 1923 el librito fue publicado en Madrid, ésta vez por la Editorial Rivadeneyra, en una colección llamada Biblioteca de Índice. El propio Reyes le remitió a don Joaquín un ejemplar con una dedicatoria donde le reconoce haber sido el primer editor del libro:


Dejaremos para una próxima entrada un par de documentos adicionales, siempre referidos al poeta mexicano y su amistad con don Joaquín.

* Un autor encontrado en la red: Enrique G de la G (:-) sostiene que el epígrafe de Reyes “es quizás el más famoso de la literatura mexicana”. Es también bastante probable que el mismo haya inspirado a Carlos Fuentes para titular su conocida novela “La región más transparente”.

10.5.09

Una larga, ancha y profunda amistad

Hay que reconocer al suplemento Áncora del diario La Nación, ser el más importante divulgador de escritos periodísticos sobre don Joaquín. En el pasado muchas veces hemos enlazado sus páginas y esperamos poder seguir haciéndolo en el futuro, a pesar de que recientemente sufriera una desafortunada reestructuración que vino a carcomer ostensiblemente su presentación.

Pero independientemente de esa triste circunstancia, pudimos leer hoy con mucho interés el artículo que le dedicara el estudioso de la UNAM, Alberto Enríquez Perea, a ciertos aspectos de la profunda amistad que unió toda una vida al gran poeta y escritor mexicano Alfonso Reyes con Don Joaquín.

Cabe destacar que éste mismo autor, Enríquez Perea, participó el año pasado en el número especial* de la Revista Comunicación dedicado a Don Joaquín, y lo hizo con un artículo también consagrado a su amistad con Reyes. Hasta donde sabemos, éste número -que hemos leído en su versión impresa- todavía no está disponible en la Red en forma digital, pero ojalá que esta situación cambie pronto porque su contenido es realmente muy interesante.

Sobre don Alfonso Reyes hay muchísimo material en Internet. Pero por ahora solo remitiremos, aparte del enlace a Wikipedia, al sitio que le ha sido consagrado en forma exclusiva: www.alfonsoreyes.org

*Lamentamos que en la sección de agradecimientos de éste enlace, no se haya tomado en cuenta nuestro aporte, ya que participamos desinteresadamente con un importante número de fotografías, ya sea de nuestra autoría o bien restauradas por nosotros. Por lo demás, ya antes habíamos mencionado algo sobre ésta revista.

26.4.09

En el abril del poeta

Retomo éste blog luego de varios meses de silencio que establecí a modo de descanso luego de la inusual actividad del año pasado (con motivo del cincuentenario de la muerte de Don Joaquín). Aunque reconozco que tal vez se me fue la mano con el descanso, porque aún hay muchísimas cosas que quiero poner por acá.

Para recomenzar, aprovecho que hoy salió en Áncora un artículo sobre el poeta Isaac Felipe Azofeifa (en su centenario) y que eso me recordó que precisamente hace un tiempo le prometí a una entrañable amiga, pariente suyo, que le mostraría el poema que él le dedicó a don Joaquín al momento de su muerte y que fue publicado en el número póstumo –y final- de la primera época del Repertorio Americano. Para ello he hecho un escaneo de la publicación original (hacer clic en la imagen para ampliarla).

Nótese el bello grabado de un Quijote al pie del poema. No sabemos con exactitud de quién es ésta obra, pero fue la única de ese tipo que se incluyó en el último número del Repertorio.