Un Convivio arrebatado
Garabateadas sobre una hoja arrancada de lo que parece ser un prospecto, leemos las siguientes palabras: “Remito un Convivio que le he arrebatado a Díez-Canedo. Saludos” y luego viene una firma, una posdata y una fecha: “Alfonso Reyes. Precioso el tomito de Chacón. 9 dic. 1919”.
Pero ni la brevedad del mensaje, ni lo informal del pliego sobre el que fue escrito hacen de éste un documento banal. Más bien todo lo contrario: Se trata de una pieza histórica de gran belleza. Hela aquí:
Admito que soy lento, y por eso durante mucho tiempo no entendí muy bien qué significaba eso de “Remito un Convivio que le he arrebatado a Díez-Canedo”. En un principio pensé que don Alfonso hablaba de un tomo del Convivio (1) obtenido de un tercero de una forma un tanto forzada. Pero en ese caso ¿Para qué remitírselo a don Joaquín siendo él mismo el editor? ¿O sería que estas palabras no eran para él y le llegaron de algún modo? Más luego, guiado por una deducción tardía, se me ocurrió que en realidad lo que don Alfonso decía, era que él le estaba remitiendo el texto de otro autor, en la ocurrencia Díez-Canedo, para su publicación en la colección El Convivio. Revisé el tomo Nº 4 correspondiente a los años 1919-20 y en efecto, en sus últimas páginas me encontré un librito suyo llamado “Sala de Retratos”. Sin duda, ese era el Convivio que don Alfonso propició y don Joaquín materializó, con la venia -a regañadientes o no- de su autor: Díez-Canedo. Y estamos seguros de que ese es el libro, porque don Joaquín se tomó la molestia de reproducir las palabras de don Alfonso en la primera página:
¿Por qué reprodujo don Joaquín las cortas frases de Reyes? ¿Sería para protegerse de cualquier reclamo en caso de publicación no autorizada directamente por el autor? ¿O sería para estimular de algún modo la lectura del librito haciendo patente quién era el enorme intelectual que lo estaba promoviendo? Tal vez fueron ambas cosas, aunque la segunda opción para mí tiene más peso. Sobre todo si tenemos en cuenta que en esa página introductoria, don Joaquín agregó unas líneas de su autoría donde cita a otro eminente intelectual, quien a su vez habla de Díez-Canedo, lo que vendría a reforzar la intención de la presentación:
“Refiriéndose a los miembros mejor conocidos de la aristocracia literaria cerrada de la literatura española, dice Pedro Henríquez Ureña lo siguiente:
'Unamuno es su filósofo místico; José Ortega y Gasset es su filósofo intelectualista; Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado son sus principales poetas; Azorín es su crítico; Enrique Díez-Canedo es su humanista moderno…”.
En definitiva, hay aquí una seguidilla de referencias que sitúan bien la altura de los personajes. Pero lo que para mí termina de hacer hermoso este asunto, es el soporte mismo sobre el que está escrito el mensaje original de Reyes, ya que se trata nada menos que de un pliego del Vieux-Colombier (Viejo Palomar), un teatro fundado por Jacques Copeau en 1913, que con los años fue creciendo y adquiriendo notoriedad y que aún hoy en día funciona adscrito a la venerable institución que es “La Comedie Française”, aunque todavía conserva su viejo y hermoso logo, el mismo que domina el documento que presentamos (aunque con unas modificaciones menores). Además, en 1978 el teatro fue declarado "Monumento Histórico" por la administración francesa.
Al dorso del pliego se puede leer un texto que no ha envejecido y que nos suena como el recordatorio de una tarea pendiente, al menos en nuestro país, donde el teatro es tan pobre. Los dos primeros párrafos -en mi libre traducción- dicen así:
“El Vieux-Colombier, fue fundado el 22 de octubre de 1913 por un grupo de escritores y artistas, bajo la dirección de Jacques Copeau, como un lugar de convergencia para todos aquellos autores, actores, espectadores, que, indignándose de la pobreza del teatro contemporáneo, desaprueban la cobardía de las costumbres y creen firmemente que la escena no es un lugar de donde deban ser excluidas la honestidad, la inteligencia y la belleza”.
“Desindustrializar el teatro, 'desfanfarronizar'(2) a los actores, respetar el público, eliminar de la interpretación dramática todo aquello que oprime o deforma el espíritu del poeta, armonizar todos los elementos del espectáculo, aclarar, gracias a la simplicidad de la puesta en escena y la disciplina de la interpretación, la pura configuración de las obras mayores: tales son los principios sobre los que se apoya el Vieux-Colombier y que le han valido su reputación".
¿Le habrá prestado atención don Joaquín a ese texto? ¿Por qué habrá escrito Reyes sobre esta hoja? ¿Sería por simple pobreza o porque tal vez en esos años, al finalizar la primera guerra mundial, hasta procurarse papel en blanco era difícil? El hecho de que haya sido arrancado de otra sección podría sugerir esto último, pero en realidad no lo sabemos con certeza. Llama la atención, eso sí, que el documento tenga un sello postal correspondiente al 28 de noviembre de 1919. ¿Sería el pliego una simple publicidad que llegó al buzón de Reyes o de alguien más y que él recogió? Esa es una pista que me parece plausible, en la medida en que el Vieux-Colombier permaneció cerrado entre 1917 y 1919, y como bien se lee en el documento, se planeó su reapertura para el 5 de enero de 1920. En realidad no fue que el teatro hubiera cesado sus actividades, sino más bien que su gente había sido enviada en misión propagandística a Nueva York, por invitación del Ministerio de las Bellas Artes (¡vaya tiempos aquellos! Es grandioso que haya existido un ministerio con ese nombre). Esto se explica en el cuarto párrafo del texto que aparece el dorso. Ahí mismo también se dice que, gracias a esa misión, el Vieux-Colombier fue visto como “algo más que un teatro” porque encarnaba, a los ojos de los norteamericanos, el espíritu mismo los grandes movimientos que a lo largo de la historia hicieron de los franceses “los verdaderos protagonistas de la cultura moderna” (!).
Por último he de decir que “el tomito de Chacón” al que se refiere Reyes, es el de José María Chacón y Calvo, titulado “Hermanito Menor” y publicado en 1919 por don Joaquín.
Notas:
1-.El Convivio fue una de las colecciones editoriales más conocidas de don Joaquín.
2-.Copeau utiliza una palabra posiblemente inventada por él mismo, pero de difícil traducción: “décabotiniser”. Aquí también quisimos inventar un equivalente, pero sospechamos que no hemos dado en el clavo.
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